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Adriana Varela
La mejor voz tanguera de Argentina,
se presenta este 30 de agosto en Bogotá
La cantante presenta 'Encaje',
su trabajo musical más reciente,
en el Teatro Jorge E. Gaitán.
La voz de Varela era grave desde chiquita y "siempre gustó".
Siendo niña cantaba con guitarra rock y blues.
Entonces le decían: "Qué buena voz de blues".
Ahora le dicen: "Qué buena voz de tango".
En realidad, su voz es más que buena. Es la mejor del tango en la actualidad. Lo sabe, lo admite, pero trata de no pensarlo:
"Si viviera consciente de eso, estaría muy aterrada -le dijo a EL TIEMPO, en una charla, a propósito de su próximo concierto en la capital-. Me hago bien la sonsa. No me lo creo.
Sé que es así, porque lo dicen, porque soy convocada en todo el mundo, viajo y los teatros se llenan.
Pero no me lo pongo en la frente, no me siento marcada en ese sentido. Me siento elegida, pero no marcada".
Elegida, no marcada. Diferencia sutil.
Como la que existe entre cantar y comunicarse.
Porque Varela se niega a ser de los artistas con libreto para actuar, que repiten las mismas frases en cada ciudad a la que van.
"Así, me aburriría mucho. Necesito comunicarme con la gente, necesito su participación.
Si voy a Colombia a cantar solamente, me parecerá un plomo.
En cambio, si voy a comunicarme con el público, será maravilloso".
Así que cantará los tangos nuevos y clásicos presentes en su disco reciente, Encaje y algunas peticiones del público.
Para eso tiene un largo repertorio, que va desde los tangos más clásicos hasta los contemporáneos.
Es recordada por su interpretación de Perfume (con Bajofondo Tango Club), Sur, Malevaje y Muñeca brava.
"He grabado tantas cosas ¿recuerda?.
Enrique Cadícamo, antes de fallecer me hizo grabar unos inéditos suyos. Tangos de lengue, muy lunfardos. Te hablo de un primer poeta, un grande, el autor de muchos tangos de Gardel. De ahí para abajo, he grabado lo que quieras..."
Y, ¿de ahí para abajo?, es fácil imaginar la fila de compositores que la buscan.
"Sí, soy perseguida, perseguida", se sonríe al admitirlo. Pero solo se deja alcanzar de las canciones que le remueven algo muy adentro.
"Elijo con el corazón", subraya. Aunque la composición actual haya cambiado tanto:
Porque es diferente componer en un mundo "tan caótico y críptico", porque el Buenos Aires de hoy es muy diferente al de la bohemia de comienzos del siglo pasado.
"Era una bohemia tremenda. Es muy difícil componer al lado de un centro comercial un buen tango barrial. Falta eso".
Y falta esencia, se queja.
"Bueno, hay gente que se las rebusca. Pero la vanguardia está en la esencia, no en la apariencia. Todo lo que sea esencial, para mí, es vanguardia".
Así, sostiene que la composición del tango tuvo mejores viejos tiempos, "en la época en que había una bohemia importante. No la del alcohol por el alcohol. Estimulaba a escribir.
Hoy los chicos toman cerveza para caerse de boca.
En ese Buenos Aires había pobreza y humildad, pero no marginalidad en el sentido de que hay mucha gente fuera del sistema.
Claro, hay gente que está mal y puede componer, pero son los pocos".
De ahí, su visión del tango actual: "Lo veo como un factor de resistencia. Así no más".
Porque la resistencia está ligada a la vanguardia.
"Toda la música genuina de cada país es un factor de resistencia en la medida en que permite reconocer quiénes somos.
Tiene que ver con no disfrazarnos de europeos o de yanquis. Asumir quiénes somos es esencial para modificar lo que haya que cambiar. No asumirlo es huir, no aceptarnos", concluye.
Una roquera por generación
Adriana Varela ha grabado géneros distintos del tango.
Pronto participará en un álbum de mujeres que le cantan a Serrat.
"He grabado con roqueros. Me gusta la música. Odio hablar de géneros. Los únicos géneros, para mí, son la seda o el terciopelo, no la música"
¿Cómo se siente entre roqueros?
Soy roquera por generación y por elección. Elegí el tango como expresión, pero tengo la mejor onda con los roqueros. Canto con Charly (García), como con Fito (Páez) o con (Luis Alberto) Spinetta. Ellos escribiendo rock son muy tangueros.
¿Qué la hace llorar?
No lloro mucho. Lloré. Pero me cansé. No soy llorona. Más bien soy apasionada y me siento menos melancólica y más expresiva, apasionada, visceral, histriónica e histérica.
Pero no a diario...
Soy muy normal. Tranquila. Me gusta estar en casa.
Odio salir. Tengo la cuota social super cumplida.
Tomo mate, miro televisión, películas de terror, que son mis preferidas. De cualquier clase.
Liliana Martínez Polo
Redactora de el tiempo
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