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sábado, 3 de febrero de 2007

Amelita Baltar - Nostalgias - 1976













AMELITA BALTAR
Y SUS NOCHES

EN EL MOROCCO


"Astor aún es la vanguardia"

La cantante está realizando un curioso ciclo en un templo de la modernidad porteña de fin de siglo, donde una audiencia heterogénea ovaciona páginas de Piazzolla como "Balada para mi muerte".

Baltar en el Morocco, donde los tangueros rudos y los travestis se unen en el aplauso."Hoy se actúa fundamentalmente en lugares diseñados para el turismo", analiza la cantante.

Por Fernando D'Addario
http://www.pagina12.com.ar/1998/98-07/98-07-16/pag31.htm

Es Buenos Aires, julio de 1998, de noche.

Pero puede ser París o Bruselas, y sólo la certeza de la voz curtida de Amelita Baltar garantiza una reminiscencia tanguera en ese oasis de posmodernidad, que desde hace cinco años descubre un ambiguo porteñismo de fin de siglo bajo el nombre de el Morocco.

Quizás el espíritu de Astor Piazzolla sobrevuele las zonas empañadas del tiempo y le eche un vistazo a la conmovedora interpretación de "Balada para mi muerte", mientras un par de veteranos con el pecho dilatado de hombría se mezclan con un puñado de travestis fascinados con la cantante.

El ciclo de Amelita en el Morocco, que comenzó la semana pasada y continuará todos los jueves de julio, reafirma la idea de que el tango, suicidado culturalmente hace mucho tiempo, es hoy recuperado a jirones, en un contexto de curiosidad importada.

"No creo que sea tan jugado esto. Por la onda que tengo, estoy segura de que ningún habitué del restaurante se siente molesto por mi presencia", dice la cantante en conversación con Página/12.

Lo de la "onda" tiene que ver quizás con su negación espontánea a los estereotipos del género, con su condición de rara avis dentro del ambiente tanguero y, también, con un tardío aire de vanguardia que la envuelve desde que Piazzolla la eligió para inmortalizar "Balada para un loco" y "Chiquilín de Bachín", entre otros éxitos de su repertorio cantado.

De cualquier modo, un menú que incluye a la Baltar mientras se degustan las exquisitas Vichiyssouise caliente con croutons de hierbas es una experiencia fuerte, posmodernismo aparte.

--En la "Buenos Aires Express", la orquesta que la acompaña, el promedio de edad no supera los 23 años, e inclusive la violinista Erica Di Salvo y el bandoneonista Víctor Villena pertenecen también a la banda de Charly García. ¿A qué se debe esta aproximación a los jóvenes?

--Es que están menos contaminados de los estereotipos tangueros. Quizá les falta un poco de calle, pero tienen una formación musical sólida, mientras que muchos de los tangueros viejos no pueden tocar ni el timbre.

Tiene que ver con una cuestión cultural y social. Los chicos que hoy hacen tango se educaron en otro contexto. Vienen de otro lado. Para muchos tangueros de antes, en cambio, la vida sólo pasaba por el cabarute. Algunos no saben ni hablar.

--En su repertorio incluye "Pero yo sé", de Azucena Maizani, aunque cuando usted canta quizás esté más cerca de intérpretes como Mercedes Simone. Comparaciones al margen, ¿cómo imagina la actitud de las mujeres tangueras de los años 20 y 30, en un contexto dominado por los hombres?

--No sé, siempre ha sido así, pero a aquellas mujeres era muy difícil avasallarlas. No me imagino a ningún hombre tratando de llevarse por delante a Tita Merello. Andá a agarrarla... te reventaba. O a Rosita Quiroga, que era divina pero bravísima, una cloaca hablando, y de terror para hacerle frente. ¿Y Tania? ¿Con qué la ibas a asustar si se había curtido en los cabarets? Era la gente de las orillas que llegaba a Buenos Aires para conquistarla y no la iban a pisar así nomás. A algunas les fue bien, y a otras no.

--En ese momento, el tango estaba vivo. ¿Qué pasa ahora?

--Pasa que el rock tomó el lenguaje de la ciudad. Ya lo vaticinó Astor en 1972.

El me decía: "el futuro de la poesía porteña está en los chicos de la progresiva". Y tenía razón.

Me doy cuenta cuando escucho a Divididos. La música, los arreglos y especialmente las letras, con ese humor trágico y ese sentido del ridículo tan especial, representan al porteño de hoy. Qué les van a venir a los pibes rockeros con el farolito... ellos son el cemento, ellos tienen la roña de la ciudad.

Charly García o Fito Páez cantan mucho más tango que varios tangueros, porque no describen a la ciudad con moldes preestablecidos por otros. Pintan el mundo que viven.

--¿Entonces la revalorización que se hace ahora del tango es algo así como el rescate de una pieza de museo?

--Claro, es una pieza de museo que se recrea. En algunos casos, por esnobismo. Ahora se escucha decir el tango es lo más...aunque no se entienda muy bien de qué se trata. Pero aquello se terminó.

Se murió Astor, se murieron los Expósito, ya no están aquellos lugares donde reunirse. Hoy se actúa fundamentalmente en lugares diseñados para el turismo. Los músicos tocan y se van. No es que cambió el tango, cambió todo. Cuando alguien escribe un tango hoy, no puede escaparle a la nostalgia de una ciudad que ya no es.

--En la década del 30 Homero Manzi y Cátulo Castillo también le escribían a una ciudad que ya no existía...

--Pero se escribían 4 mil tangos por minuto. Algunos tenían una mirada nostálgica, pero al mismo tiempo eran testimoniales de lo que se vivía en ese momento. Hoy cuando alguien escribe un tango, es una novedad.

--Y Piazzolla sigue siendo vanguardia.

--Es que en el 2020 va a seguir siendo vanguardia. Si aún hoy, a mí me ven muchos tangueros y me dicen: "che, vos que sos tan buena, cómo cantás esas porquerías...". Sigo haciendo el repertorio de Astor con mucho orgullo, y también con un compromiso muy grande. Me siento sola. Otra estaría contenta y diría "soy la única". Pero para mí es muy triste comprobar que no hay otras intérpretes compenetradas con la obra de Astor.

Noches de revival

El show de Amelita en el Morocco dura poco más de una hora, pero antes y después se genera una atmósfera de revival cool, con el DJ Daniel Nisenson programando climas musicales que deambulan entre Louis Armnstrong, Frank Sinatra y Edith Piaf.

Claro que a las 2 de la mañana empieza todo de nuevo, con la noche house. Y ahí no hay Discépolo que valga. Pero cuando le toca el turno a la Baltar, todos quedan rendidos ante su carisma. Con su voz de mezzosoprana con arrabal sofisticado, la cantante recorre un repertorio exquisito, que incluye clásicos ineludibles de Piazzolla como "Balada para un loco" y "Balada para mi muerte", con versiones menos conocidas, como la que hace de "Años de soledad" con el agregado de una letra en francés, escrita por Le Forestier. No se queda sólo con eso, claro, e intercala tangos de otros autores, como "Malevaje", "Cambalache" y "Pero yo sé", entre otros.

Nostalgia, pero al revés

Astor Piazzolla la descubrió cantando folklore.

Y cuando le ofreció interpretar la operita María de Buenos Aires (prefiere no opinar de la elección de Julia Zenko como cantante en la nueva versión, próxima a grabarse) todavía alternaba su incipiente condición de tanguera con presentaciones habituales en la peña Poncho Verde.

Ella es porteña. Nació en Riobamba y Juncal, pero en la década del 90 pasó varios años viviendo a 150 metros de la Bastilla, en París. Un cambalache, sin dudas.

--Después de cuatro años viviendo en París, ¿cómo siente su nueva estadía en Buenos Aires?

--Y... mal. Me la pasé mirando el Mundial, extrañando la vida que llevaba allá.

--Una especie de tanguera al revés. En lugar de sentir nostalgia al irse, siente melancolía cuando vuelve...

--Es verdad, lo que pasa es que mientras estuve en París no extrañé ni el bife. Ojo, que van a creer que reniego de Buenos Aires, y nada que ver. Amo a esta ciudad, sólo que me agobia. Cada vez que salgo a la calle vuelvo enloquecida. Sé que esto que digo es muy poco tanguero, pero si hoy me preguntan dónde me gustaría terminar mi vida, digo que en el campo.

--Se entiende entonces por qué usted empezó como cantante folklórica.

--No es solamente que empecé con eso y lo dejé. Sigo amando el folklore, y en mis cumpleaños, a la madrugada, se arman las guitarreadas, y me pongo a cantar zambas con poesías de Armando Tejada Gómez, Manuel Castilla, César Perdiguero.

En mi perra vida me puse a cantar tango acompañada de una guitarra, pero con el folklore sí me animo, no sé por qué será.

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RBerdi: El Morocco cerró en el 2001, fueron siete años de una existencia tumultosa.

Link:

RBerdi_ABaltar-Nostalgias-76.rar

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Almatrio - Brujerias - 2005









Almatrio


Introducción

Almatrio Se formó en el barrio del Abasto, entre tres compañeros de distintas orquestas de tango.


Sus comienzos fueron en "Almatango", casa tradicional, de donde toma su nombre, y al poco tiempo
de su formación viaja a Berlín a la ITB 2004 Feria de Turismo Internacional, representando a la Ciudad de Buenos Aires.


En su conjunto bien típico apunta al tango puro, al yeite, el matiz, la
melodía. Esto lo hace ideal para bailar, con repertorio variado y bien milonguero.

Realizaron 5 giras europeas actuando en festivales y milongas.

A partir del 2006 ingresa el pianista Carlos “charly” Fernandez transformando Almatrio en cuarteto , dando mas peso y fuerza al grupo

Integrado por
Ricardo Badaracco en bandoneón,

Richard Cappz en guitarra y
Lucas Furno en violín.

Currículum

Almatrio se formó en Febrero del 2004. En marzo de ese mismo año viaja a Berlin representando
a la ciudad de Bs.As., desempeñandose en la ITB (Feria de turismo Internacional).

Durante el 2004 forma parte del elenco estable de Almatango.

Comienzan a acompañar a Esteban Riera,
actuando en diferentes cafés notables como "Café Margot", "Café Argos", "Bar Tuñón", "Confitería San Martín""Café Café" y "Florida Garden"
cumpliendo un ciclo de seis meses.

Comienzan las actuaciones en milongas como "Salón Canning",

“El Cachafaz”, “La Marshall”, “La Ideal”,
Graban su primer disco “Brujerías” con la participación del cantante Esteban Riera.


Realizan en dos años 5 giras europeas actuando en festivales y milongas.

Actuan en el premio anual “Sophie” en Oslo, Noruega representando la musica argentina .

Comparten escenario y tocan junto a Luis Stazo y su trio en el Festival de Berlin 2006.

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Almatrio

Intro:

Almatrio was formed in "Abasto" neighborhood, among three companions of different orchestra of tango.


It's beginnings were in "Almatango", traditional house, of where takes its name, and al little time of its formation travels to Berlin to the ITB 2004 Fair of International Tourism, representing to the City of Buenos Aires.

In it's entirety well typical aims al pure tango, al yeite, the shade, the melody. This does it ideal to dance, with various repertoire and well singer of milongas.

They carried out 5 European tours acting in festivals and fibs.

Comprising Ricardo Badaracco in bandoneón, Richard Cappz in guitar and Lucas Furno in violin.

From the
2006 it enters the pianist Carlos "charly" Fernandez transforming to Almatrio in quartet, giving more weightand force al group.

Curriculum

Almatrio was formed in February of the 2004.


In March of that same year travels to Berlin representing to the city of Buenos Aires, being performed in the ITB (Fair of International tourism).

During the 2004 form part of the stable group of Almatango. They begin to accompany to,acting in different notable coffees as "Coffee Margot", "Coffee Argus", "Bar Tuñón", "Sweetshop San Martin"." Coffee Coffee" and "Florida Garden" complying a cycle of six months.

They begin the actions in fibs as "Parlor Canning", "the Cachafaz", "The Marshall", "The Ideal", they Record their first disk "Sorceries" with the participation of the singer Esteban to Laugh.

They carry out in two years 5 European tours acting in festivals and fibs.

They act in the annual prize "Sophie" in Oslo, Norway representing the musica Argentina.

They share setting and they touch next to Luis Stazo and their trio in the Festival of Berlin 2006.


Link

RBerdi_Almatrio_-Brujer_as-2005.rar.html

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Francia es elegido el mejor país para vivir - Argentina en el 10° Lugar


Francia fue elegido como el mejor país del mundo para vivir, teniendo en cuenta su clima, transporte, costo de vida y servicios públicos, según una lista internacional que incluyó a Argentina como la única nación latinoamericana del "top-ten".


Según el listado, compilado por la revista especializada "Internacional Living" y del que da cuenta el tabloide inglés Daily Mirror, Francia es el mejor país del mundo para vivir por su alta calidad de vida, seguido por Australia, Holanda, Nueva Zelanda y Estados Unidos.

El país galo obtuvo el primer puesto por sus trenes de alta velocidad, sus hospitales en buenas condiciones, por su cultura, platas y clima templado.

En tanto, Argentina quedó ubicada entre las 10 mejores naciones para vivir, debido a su oferta cultural, turística, su clima, paisajes naturales y costo de vida.

Gran Bretaña cayó al puesto 37, detrás de Panamá (34), Uruguay (28) y México (25) debido a su mal clima, un transporte público deficiente, servicios de salud con problemas y el alto costo de vida.Chile quedó en el lugar 49, mientras que otros países latinoamericanos de la lista fueron Ecuador (38), Costa Rica (43), República Dominicana (47) y Brasil (48).

Los jueces convocados por "International Living" analizaron en su selección el costo de vida de cada país, sus ofertas culturales, deportivas, servicios públicos, infraestructura, clima, seguridad y cocina, entre algunos de los factores.

Los países con menos votos fueron Irak, Somalia, Yemen, Sudán y Afganistán, por su situación de violencia, falta de seguridad e inestabilidad de gobierno.

La lista con los primeros 20 mejores países para vivir: 1-Francia, 2-Australia, 3- Holanda, 4-Nueva Zelanda, 5-Estados Unidos, 6-Suiza, 7-Dinamarca, 8-Italia, 9-Luxemburgo, 10-Argentina, 11-Noruega, 12-Bélgica, 13-Alemania, 14-España, 15-Austria, 16-Finlandia, 17-Malta, 18-Croacia, 19-Liechtenstein y 20-Portugal.

La Nación (Chile)

También entre nuestros valores culturales esta el tango ¿o no? - RBerdi

Manuel Vázquez Montalbán y Adriana Varela


DÚO CON
LA TANGUISTA DE

Quinteto de Buenos Aires
Adriana Varela: o tango o cocaína

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN
El País, 2 / 8 / 1998

Manuel Vázquez Montalbán y Adriana Varela, en Barcelona.(Foto Consuelo Bautista).


La culpa la tuvieron Liliana Mazure y Luis Barone, no sólo provocadores de mi estancia en Buenos Aires —morían los ochenta o nacían los noventa, no recuerdo— para afrontar una serie televisiva sobre Carvalho, sino empeñados en enseñarme todos los Buenos Aires sagazmente ocultos, vigilados de cerca o de lejos por la presencia del obelisco.

Y fue en una noche emergente cuando me metieron en la Rosa de Alejandría del barrio de San Telmo, colorado de noche, blanco de día, donde se ubicaba El Berretín, local guerrillero del tango, ya se sabe, uno, dos, tres, Vietnam como pedía el Che.

Hay locales estables con un anillo y una fecha por dentro como El Viejo Almacén, y los hay pertenecientes al off Buenos Aires, que tienen la corta existencia del entusiasmo de sus arrendatarios, frágil porque el tango no enriquece lo suficiente ni siquiera a la industria cultural del tango, es decir, te puedes ganar mejor la vida dedicándote a García Lorca o a Joyce, que a Troilo, Santos Diescépolo o Roberto Polaco Goyeneche.

Esos locales viven mientras dura el metejón, el enamoramiento del local con su empresario, y viceversa.

Y en El Berretín tramaba las actuaciones un presentador maquillado y vestido de clown, filósofo de lo cotidiano de Buenos Aires, a manera de guía de la conciencia de los espectadores, desde un humor judeoporteño.

De su mano enguantada en blanco entraban los cantantes iniciados aquella noche por un especialista suficiente y clásico que abría oídos y ojos a la espera de Roberto "Polaco" Goyeneche, el Polaco por suficientes señas, la apuesta de fondo de la casa, porque estamos hablando del último, hasta ahora, cantante mítico del tango duro bien expresado, desde el cerebro situado de cintura para arriba.

Como siempre, me dijeron, el Polaco estaba moribundo, pero en cuanto salía a escena se afirmaba sobre sus zapatos color crema y proponía el tango como una demostración de estar vivo.

La noche prometía la novedad de una casi debutante Adriana Varela, que entusiasmaba a mis introductores, y por el Polaco y por ella me habían llevado al local. En Quinteto de Buenos Aires, la entrada de Adriana Varela la describo tal como yo la había sentido en la irrealidad de El Berretín: "Aparece una mujer escotada y blanca. Enigmática y con las siete puertas y los seis sentidos bien puestos bajo la luna".

Con Valdano pude comentar años después aquel descubrimiento y él conocía a la cantante, incluso sabía que la había apadrinado El Polaco con un comentario tajante: no me gusta que las nenas canten tango, pero Adriana es un caso aparte.

Para los que teníamos en los oídos de la memoria el registro de tangos cantados por Libertad Lamarque, Imperio Argentina, Nacha Guevara, Susana Rinaldi, el estilo de la Varela era una alternativa radical.

El tango ha de salir del cuerpo por todas sus puertas, hay que cantarlo con los seis sentidos, y ella lo emitía desde el centro del mundo, el lugar elegido por sus pies para apoderarse del escenario, sin permitirse señales extras, presencia y voz, como la Piaf o Chavela, a lo sacerdotisa austera, quizás el exceso de sus ojos como una ventana y ventosa de nuestra entrega de espectadores sometidos.

Prueba decisiva para cualquier intérprete de tango es que asuma el repertorio clásico como si lo estrenara y algunas piezas especialmente traducen el acierto o desacierto del empeño. Hay que oír y ver a la Varela cantando Muñeca brava o incluso Volver, después de haberlas oído como nana y casi responso de toda una vida, para saber que estás en presencia de la magia de la continuación y la renovación, del encuentro entre lo patrimonial y su modificación.

De aquella noche, El Berretín pasó a las páginas de mi novela Quinteto de Buenos Aires como ella misma, una cantante que expresa según vive y me permití la osadía de escribir varios tangos que subrayan las estrategias narrativas, con el fin de que Adriana los cantara en lo que nació como serie televisiva y acabaría en novela.

Apagadas las luces de los reflectores que habían actuado de luna, Adriana Varela ha tenido algunos años para ir desvelándonos de dónde viene y a dónde va, muchacha rockera universitaria que consideraba el tango un paisaje melancólico para jubilados de la biología y de la historia, como todos los argentinos que fueron muy jóvenes en los años de la peor dictadura argentina de este siglo.

El rock autóctono de aquellos años se adaptó a la estrategia de la protesta, mientras el tango seguía expresando una marginalidad esencial no asumida por aquellos jóvenes sacrificados en el penúltimo altar revolucionario de la modernidad.

Luego Adriana Varela conoce medio mundo, porque durante varios años ejerció de esposa de tenista, del que se quedó los hijos y el apellido, dice, porque algo debía quedarle, ya que nunca le pasó la pensión acordada.

Fonoaudióloga, terapeuta de la voz y la audición, y estudiante de psicoanálisis, de pronto la ruptura sentimental la convirtió en una mujer que proyectaba tener un proyecto.

—Las mujeres, por la cultura que nos envuelve, cuando tenemos una crisis queremos cambiar de vida, ahondar en la propia fractura, porque se ha roto la identidad acordada. Cuando dejé la geografía de las pistas de tenis del mundo, retomé la guitarra con la que había cantado en privado a los Beatles, Rollings, Serrat, Milanés, Silvio Rodríguez, Lennon, Spinetta, Fito Páez, y un día vi Sur, de Pino Solanas, y la película me resume todo lo que la música había aportado a mi vida, sin saberlo, sin ser consciente de ello, como expresión sonora y corporal, como cultura.

Y en la película descubro sobre todo a El Polaco, como el lenguaje de un barrio, la expresión de una forma de vivir el barrio de Saavedra. A través del tango, de las letras y del metalenguaje de la expresividad, le salían los orígenes.

Yo había desdeñado el tango no sólo como una sentimentalidad ajena, sino porque el tango de mi adolescencia, en los años setenta, era un tango de lentejuelas, alejado de su mestizaje original, y El Polaco lo devolvía a su raíz bohemia.

Me estaba contando quién era yo misma, quién era Buenos Aires, qué es la marginación, a mí que lo había aprendido en la militancia universitaria, hermana de un militante del PC, hija de padre socialista y madre peronista, nieta de un sindicalista mítico, Curia, adorado por Evita y personaje glosado por Clarín como uno de los prototipos porteños.

El redescubrimiento del tango fue para mí un shock cultural y emotivo. Como en las películas, la fonoaudióloga fue al Café Homero, para ver a Marconi, el bandoneonista por excelencia.

Allí estaba El Polaco, pero como si no estuviera, fingió Adriana y recibió la oferta de cantar algo, un tanguito, poca cosa, "me aprendí dos tangos en quince días, pero no un tango cualquiera: Muñeca brava".

—Venite a cantar los fines de semana. Hacía prácticas en un hospital y cantaba los domingos para un auditorio que se hinchó de intelectuales y artistas cuando un día compartió cartel con El Polaco.

—Lleno a cagar, Manolo, y yo muerta de miedo. Allí estaba el mito, acodado en la barra, de espaldas a la novata que desde el escenario cumplía su papel telonero.

Cuando acabó, Adriana se acercó a Goyeneche, y cuando se volvió hacia ella y tuvo oportunidad de pedirle disculpas, ¿por qué?, no sé, quería no sé de qué, sólo recibió amabilidades y en cierto sentido, ya la bendición del Jordán: éste es mi hijo bienamado, en el que tengo depositadas todas mis complacencias.

Allí nació un padrinaje y un mutuo enriquecimiento, el cantante que fue taxista hasta los 40 años, cuando debutó con Troilo y que ya al borde de la última vejez se asomaba al mundo de la tanguista universitaria, a su universo cultural y familiar progresista, e incluso la audiofonología que le atrajo porque valoraba de la Varela su timbre de voz y aquella expresividad estática, el sistema de señales que emite un cuerpo, el lenguaje que no se oye, incluso la teoría y la práctica de los silencios.

—Hasta la muerte de Goyeneche tuve con él un vínculo edípico. Él era un tipo muy ético y muy mundano, enfermo que se vivificaba cuando cantaba porque el tango es vida.

Sin saberlo. Yo también desconozco parte de lo que hago.

El artista que sabe demasiado de sí mismo no es un artista, es un profesional.

Adriana fue asumiendo todo el tango, desde el más periférico y metafórico al más nuclear, el tango de Cadícamo, Celedonio Flores o Contursi. —Como si se tratara de una cebolla. Empiezas por la capita de afuera y le vas quitando capitas. Y el núcleo del tango es su carácter de música de barrio, de marginalidad.

Me he negado a traducir el tango a lo femenino. El tango lo canta siempre un poeta comprometido, aunque los tangos no tengan un contenido explícitamente político, todos los tangos son comprometidos, porque son políticamente incorrectos, y más en estos tiempos en los que la derrota, la pobreza y la marginación muestran su condición de efectos políticos.

Es lo incorrecto, lo transgresor, por eso ha vuelto.

Y en estos tiempos de cobardía ante la inseguridad, el tango ayuda a atravesar la angustia. Cuando me siento deprimida prefiero enamorarme o cantar un tango que drogarme, sobre todo de cocaína, la droga imperialista que pone dura a la gente, no la deja caer en la angustia.

Es el castigo de los indígenas contra sus depredadores. Traduce el programa del sistema y te pone duro, bonito y productivo. No te deja sufrir.

Cuando me enamoro lo hago a fondo, como cuando canto un tango. Cuando me tomé una historia me la tomé. Me lo está contando a pocas horas de su debut en Barcelona, en el marco del Grec, una llegada tardía porque Adriana es muy gandula y lo suyo no es una carrera, dice, ni es nada.

Dueña del público porteño, ahora le gustaría cantar en otros escenarios, recibir otro eco.

—Pero para comprobar que el tango lleva su ambiente a cuestas. Cantes donde cantes el tango, se establece una complicidad de espacio, tiempo y emotividad. Eso es lo misterioso de lo universal. Lo energético del lenguaje, más allá de la lengua, rito, corporeidad, ese es el misterio que me une o me desune.

Cuando le comento que el tango es ella, pero también se atreve con él Julio Iglesias, se plantea el imaginario de actuar junto al cantante de Miami. —Sería un incordio estético, pero como desafío interno, maravilloso.

Ahora tengo ganas de cantar sola. Desafiándome como mi enemiga y mi amiga.

No hay tangos nuevos con suficiencia para cohabitar con los antiguos, salvo el tango instrumentalista de Piazzola.

Tal vez algún día resurja como la poética de los nuevos perdedores, pero hoy, normalmente, cuando alguien se pone a escribir un tango, lo convierte en una cosa, dice Adriana, recuperando su condición de estudiante de psicoanálisis, superyoica, y pierde la espontaneidad del malditismo del que nació, controlada espontaneidad de lo caótico que consiguen sus mejores poetas.

Cuando sea mayor, quisiera ser como la Susanita de Quino y terminar su vida junto a sus nietos, con un hombre al lado, mirando el cielo, hablando de estupideces. No. Ese hombre no ha de ser atleta de nada. Alguien parecido al protagonista de Drácula, pero sin colmillos.

Y de momento, cantar tangos cada vez más nucleares y rechazar las propuestas que le llegan con el éxito.

—Me proponen cada huevada que me cago de risa.

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¿Quien es Manuel Vázquez Montalbán?
(solo para quien no lo sepa o quien solo recuerde su nombre) : RBerdi

Es bastante difícil describir quien fue.

El dice, en el comienzo de su biografía:



"Mi vida no tiene mucho interés, ha sido más historia que vida hasta los años 70 y, desde entonces, es más literatura que vida. Desde hace tiempo esa curiosidad biográfica del público y del especialista me parece casi una servidumbre de la edad; o sea, un privilegio"


Intentemos algo:

Manuel Vázquez Montalbán (Barcelona, 27 de julio de 1939 - Bangkok, 18 de octubre de 2003).

Personaje casi inabarcable, se definió a sí mismo como: "periodista, novelista, poeta, ensayista, antólogo, prologuista, humorista, crítico, gastrónomo, culé y prolífico en general" y en todos esos campos destacó.

Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Barcelona. Era además militante del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) i de Iniciativa per Catalunya.

El poeta
Se inicia como poeta en 1967 (no en vano es uno de los nueve novísimos de Castellet) y su producción se caracteriza por:
El sentido lúdico,
La ironía,
Una carga testimonial y crítica.
Su obra poética hasta 1986 fue recogida en Memoria y deseo.

El novelista
Los mismos rasgos de su poesía aparecen en la novelística de Vázquez Montalbán. En ella, además de la serie que tiene a Carvalho como protagonista, destacan Galíndez (1991), ganadora del Premio Nacional de Narrativa; El estrangulador (1994) y Erec y Enide (2002)

Serie Carvalho
La primera novela donde aparece el detective gastrónomo y cincuentón es en Yo maté a Kenedy en 1972, le siguen Tatuaje en 1975 y La soledad del manager en 1977.
Los Mares del Sur ganó el premio Planeta de 1979, lo que supuso fama para el escritor y para el personaje.
La saga siguió entre otras con:
Asesinato en el Comité Central 1981
Los pájaros de Bangkok 1983
La rosa de Alejandría 1984
El balneario 1986
El delantero centro fue asesinado al atardecer 1989
El laberinto griego 1991
Sabotaje olímpico 1993
El hermano pequeño 1994
El Premio 1996
Quinteto de Buenos Aires 1997
El hombre de mi vida 2000
Milenio Carvalho 2004, editada en dos partes.

El gastrónomo
También lo era. En todas las novelas de la serie Carvalho hay alguna referencia gastronómica, con algunas recetas inolvidábles como la fideuá a base de tallarines de arroz que prepara en Los pájaros de Bangkok (¿1981?).
Pero donde despliega todo su conocimiento gastronómico, con erudición y humildad es en Contra los gourmets, obra para la iniciación en el mundo de la gastronomía, donde recorre todos los alimentos y todas las cocinas del mundo. Habla de la española, pero también de la cocina internacional, de la cocina tradicional y de la nouvelle cuisine, incluso se digna a considerar las modas alimenticias (que no gastronómicas) de la "comida sana" y "lo light".
Otras obras gastronómicas suyas son Cocina Catalana y Recetas inmorales.

El ensayista
Escribió ensayos sobre periodismo, política, sociología, deporte, historia, cocina, biografías, literatura o música.
Su primer ensayo, Informe sobre la Información (1963) sigue siendo uno de los mejores estudios sobre el periodismo publicados en España.

Otras obras, seleccionadas son:
Crónica sentimental de España, 1971
Joan Manuel Serrat, 1972
El libro gris de Televisión Española, 1973
Diccionario del Franquismo, 1977
Panfleto desde el planeta de los simios, 1995
Un polaco en la corte del rey Juan Carlos, 1996.
Análisis de la vída política en Madrid, en los últimos años de gobierno de Felipe González.
Y Dios entró en La Habana, 1998. Sobre Cuba, Fidel Castro y la visita del Papa Juan Pablo II.
Marcos: el señor de los espejos, 1999. Sobre el Subcomandante Marcos y el levantamiento de Chiapas.

Premios en su nombre
El Colegio de Periodistas de Cataluña otorga desde 2004 el Premio Internacional de Periodismo Vázquez Montalbán, en recuerdo de este escritor.


Fallece el día 18 de octubre víctima de un paro cardiaco en el aeropuerto de la ciudad de Bangkok, Tailandia.

Ese mismo año, en noviembre, aparece publicado su último ensayo, una larga disección de los ocho años de gobierno de José María Aznar titulada La aznaridad. Por el imperio hacia Dios o por Dios hacia el imperio.

En enero y marzo de 2004 se publican los dos volúmenes de Milenio, última de las aventuras del detective Carvahlo, que Manuel Vázquez Montalbán dejase inédita a su muerte.

El Berretín - El Berretin Tango - 1998




"El Berretín"

Es un metejón, es pasión, es devoción, es energía, es la férrea convicción de que es posible hacer realidad los sueños; es trabajo y es paciencia, es lucha y es calma, es ilusión y es vitalidad; es la comunión entre guitarras, contrabajo, voz y bandoneón que, a la cuenta de cuatro, se transforma en Tango.


INTEGRANTES:

Patricia Ferro Olmedo (voz, arreglos, composición)Sacri Delfino (guitarra, arreglos, composición y dirección musical)Luis Caruana (bandoneón)Lila Horowitz (bajo eléctrico y contrabajo)

HISTORIA

"El Berretín" se formó como trío de bandoneón guitarra y voz en 1996 a partir de un espectáculo llamado CONTANDO TANGOS estrenado en la Scala de San Telmo.

El mismo, daría inicio a una serie de presentaciones que los llevaría a presentarse en diversos lugares de tango tanto de la ciudad de Buenos Aires como en el interior y exterior de la Argentina.

Desde abril del 2001 se conformaron como cuarteto agregando a su formación anterior, contrabajo.

Su estilo puede definirse como tradicionalmente actual, constituyendo un sincero homenaje a los grandes maestros de quienes se nutrieron y la genuina forma de expresar su sentimiento hacia el Tango manifestado en sus nuevas composiciones, que aportan una renovación a través de sus arreglos y temáticas, sin perder la esencia del género.

Algunas de ellas han sido galardonadas durante 1998 y 1999 en los certámenes Hugo del Carril y Enrique Santos Discépolo.

Desde su formación, los lugares más exigentes le abrieron sus puertas, y fueron nombrados "Miembros del Cuadro Joven de la Academia Nacional del Tango".En el libro de Oscar del Priore EL TANGO "de Villoldo a Piazzolla y después" son mencionados como las nuevas figuras de talento que siguen demostrando la vigencia del tango en la actualidad.


Disco:"El Berretín Tango"

Año: 1998

Cantidad de temas: 14

Duración total: 50:03

En Diciembre de 1998 el trío editó su primer CD, “El Berretín Tango”.

Los tangos que integran la placa tienen perfumes del ayer y al mismo tiempo avanzan hacia una concepción renovadora; ellos son:

Escuela de Tango,

Malena,

Absurdo,

Tinta Roja,

Volver,

Los Mareados,

Por la Vuelta,

Yuyo Verde,

Organito de la Tarde,

El Último Café,

Bien Criolla y Bien Porteña,

Chiquilín de Bachín,

La Última Curda

Uno.

El arte de tapa tiene elogiosas presentaciones de los académicos Ricardo Ostuni, Rubén Reale, Ben Molar y Héctor Negro.

El lanzamiento de este CD, que para su realización contó con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, tuvo lugar en el Palacio Carlos Gardel de la Academia Nacional del Tango, con honrosas palabras de su presidente el maestro Horacio Ferrer.


También grabó un tema inédito en el CD, que acompaña el libro “La Epopeya del Tango Cantado” de Horacio Ferrer, encontrándose junto a grandes maestros como Carlos Gardel, Polaco Goyeneche, Edmundo Rivero, Rubén Juárez, entre otros.

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Comentarios publicados sobre el CD en revistas especializadas:

Patricia Ferro Olmedo acompañada por Sacri Delfino (guitarra, arreglos y dirección musical) y Fernando Taborda (bandoneón y arreglos) pone la calidez expresiva de su voz a este nuevo CD que reúne obras del repertorio clásico renovadas según el personal estilo del grupo. Los arreglos y las entradas instrumentales enriquecen cada versión y afirman su personalidad interpretativa. Sin perder nada de su esencia, se recrea con los aires de los nuevos tiempos. Bienvenida sea esta nueva obra de El Berretín que augura otras de creciente calidad.
Ricardo Ostuni: Poeta. Escritor. Vice-Presidente de la Academia Nacional del Tango.

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El Berretín ha optado por privilegiar esa hermosa posibilidad que abre el ritmo ciudadano a través de melodías y versos que cantan las vivencias, pasiones e historias de sus gentes y paisajes, desde la anchurosa y rica poesía de la canción ciudadana. La voz de Patricia Ferro Olmedo es el calificado vehículo trasmisor de ese mensaje. Sacri Delfino en guitarra y Fernando Taborda en bandoneón, aportan su calidad de instrumentistas en pos del mismo objetivo. Esta primera entrega es un prometedor anuncio de lo que El Berretín puede seguir brindándonos.
Héctor Negro: Académico Titular y Miembro del Consejo Directivo de la Academia Nacional del Tango.

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Bello recital de temas clásicos. Patricia Ferro Olmedo es una interprete cuyo timbre se adapta perfectamente a la música ciudadana. Sacri Delfino y Fernando Taborda se desempeñan de manera equilibrada en su sonoridad y en el ajuste rítmico. Los tres crean una atmósfera apropiada al clima porteño de actualidad. Un disco para escuchar y disfrutar.

(Revista B.A. Tango) Febrero de 1999

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Este primer trabajo discográfico, como sello distintivo aporta al género ciudadano una convicción poco acomplejada para entenderse con piezas tradicionales y muy transitadas como Malena, Tinta Roja o El último café, entre otros. Entre lo bueno del Berretín, está sin duda, la cálida voz de Patricia Ferro Olmedo, a la que le basta su garganta aterciopelada y su decir cada palabra con responsabilidad semántica para contagiar sentimientos evocando climas. Sacri Delfino y Fernando Taborda, establecen un marco audaz y de mucha contención. El efecto logrado es otro de los puntos fuertes del trío: los tangos tienen perfumes de ayer y al mismo tiempo avanzan hacia una concepción vanguardista o si se prefiere renovadora.

(Revista La Contumancia) Sólo Música Febrero de 1999.

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El Berretín brinda un tango de la mejor calidad interpretando temas clásicos con estilo propio sincero y apasionado. La intercomunicación de los tres es lo que le infiere atractivo al trío. Con atmósfera y buen gusto vierten entre otros: Uno, Organito de la Tarde y una muy buena versión de Escuela de Tango.(Revista Tango Reporter, Los Angeles EE. UU.) Agosto de 1999

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Es destacable el aporte de los arreglos que logran crear climas novedosos en temas tan tradicionales. Para quienes gustan de experimentar nuevas sensaciones con aquellas viejas letras que acompasan nuestro corazón.

(Revista El Menú) Agosto de 1999

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Azucena Maizani - La Ñata Gaucha (Remasterizado 1991)






Azucena Maizani

Por Néstor Pinsón y Ricardo García Blaya
http://www.todotango.com/Spanish/creadores/amaizani.html

Cancionista, autora y compositora.(17 de noviembre de 1902 – 15 de enero de 1970)
Apodos: La Ñata Gaucha y Azabache

Junto a
Rosita Quiroga, Azucena marcó el rumbo de las muchas cancionistas que surgieron a comienzos de la década del veinte, iniciando la participación definitiva de la mujer en el tango.

Cada una tenía un estilo y repertorio propio y pese a que todas cantaban a la moda de la época, voz aguda y estilo un poco kitsch, se las podía distinguir perfectamente, y su calidad hizo que perduraran en el tiempo.

Durante años se presentó vestida con trajes masculinos tal como puede observarse en la primera película argentina totalmente sonora "Tango" o bien, con atuendos criollos de gaucho. Esta imagen agresiva para una mujer, contrastaba con la realidad de su tiempo.

Azucena fue romántica y temperamental. Cantaba con emoción letras que retrataban los amores y fracasos de muchachitas humildes de barrio, en realidad un relato de su propia juventud.

Fue una romántica también porque en su vida no pudo encontrar un amor estable ni nadie que la pudiera guiar en forma inteligente y desinteresada.

Nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de noviembre de 1902 y a los cinco años de edad se fue con unos parientes a vivir a la isla Martín García, situada en el medio del Río de la Plata, a mitad de camino entre la Argentina y el Uruguay.
De vuelta a Buenos Aires se empleó como modista y comenzó a cantar tangos como aficionada.

Nos cuenta
Francisco Canaro en sus "Memorias" que una noche en la "boite" Pigalle se le acercó una muchachita ofreciéndose para cantar.

Comenta que era una "morocha de espléndida juventud" y con gusto le ofreció que realizara un pequeño ensayo en el intervalo, sin saber siquiera su nombre la presentó como "Azabache" y cantó dos canciones.

A raíz de su participación como partiquina en el Teatro Apolo una amiga la invita a una fiesta donde estaba el pianista
Enrique Delfino, quien la escucha cantar y, gratamente impresionado, la presenta al día siguiente al propietario del teatro Nacional.

Allí comienza su carrera profesional, debuta en una obra de
Alberto Vaccarezza y canta el tango "Padre nuestro" y obtuvo un triunfo inmediato con el público, que la hizo repetir el tema cinco veces.

Luego continúa su éxito en la radio, en el disco y en otras obras teatrales logrando así, su consagración definitiva.


En 1928 se casa con Juan Scarpino con quien tiene un hijo que muere al poco tiempo y el matrimonio se disuelve.

En 1929 se une sentimental y artísticamente al violinista Roberto Zerrillo con quien realiza giras por el interior del país y luego un viaje muy importante por España y Portugal de donde retornan en 1932.

A su regreso comprueba que otras cancionistas ocupan el lugar que había dejado, entre estas,
Libertad Lamarque -que fue amiga y autora de su apodo "La Ñata Gaucha"-, Mercedes Simone, Ada Falcón y Tita Merello.

Sola y con esfuerzo consigue volver a un sitio de privilegio, hasta integrar el elenco de la película "Tango", allí canta el tango "
La canción de Buenos Aires", la "Milonga del novecientos" y acompañada por la Orquesta de Juan de Dios Filiberto, el tango "Botines viejos".

Se reencuentra con el éxito y filma, siempre como cantante, la película "Monte criollo" y luego "Nativa", donde también canta e incursiona como actriz en un papel sin trascendencia.

Pero en 1936 sufre una nueva frustración amorosa y también económica. Su nueva pareja y representante artístico se suicida al descubrirse que la había estafado.

Este suceso la distancia momentáneamente con el público pero luego conocidos los pormenores, la aceptan nuevamente.

Un mes más tarde se presenta en el cuadro final de una obra teatral con un éxito notable, la sala estaba colmada y la mayoría eran mujeres condolidas por su reciente desgracia.

En 1938 realiza una extensa gira por los Estados Unidos y filma para la colonia hispanoparlante la película "Dí que me quieres" cuya dirección musical estaba a cargo de
Terig Tucci, aquel que dirigiera la orquesta que acompañó a Carlos Gardel en sus películas.

En la década del '40 comienza su decadencia, su presencia languidece, no obstante lo cual hace algunas grabaciones y realiza giras y actuaciones locales, pero ya su figura pertenece al pasado.

En 1966 sufre una hemiplejia y fallece casi olvidada el 15 de enero de 1970.

Su obra más conocida y exitosa es el tango "
Pero yo sé", grabado por numerosos artistas destacándose la versión de Ángel Vargas con la orquesta de Ángel D'Agostino.

Fue gran amiga de Carlos Gardel. Se conocieron en 1923 y este le grabó su tango "
La canción de Buenos Aires", hecho en colaboración con Oreste Cúfaro y Manuel Romero.

Entre otras obras destacadas están el vals "Pensando en ti" con versos de
Celedonio Flores y "Decí que sí", famosísima ranchera que, hiciera con Cúfaro y Pidemunt.

Dejó más de 270 grabaciones.

Entre 1923 y 1926 fue acompañada por la orquesta de
Francisco Canaro. Luego, siempre para el sello Odeon por el piano de Enrique Delfino y el guitarrista Manuel Parada.

Entre 1929 y 1931, ya para al sello Brunswick graba con el acompañamiento del violinista Roberto Zerrillo, el piano de Oreste Cúfaro y Manuel Parada. En algunos de estos temas participa el violinista Antonio Rodio.

Sin duda Azucena Maizani fue pionera y una de las más grandes vocalistas del género, su tragedia se refleja, no sólo en su vida y su obra, sino también en el la miseria final de sus últimos días.

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