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Luis Bacalov
El músico argentino ofreció en Roma su espectáculo Tango Story, que recorre 120 años de historia del género
No es cierto que el tango es sólo una música para bailar, como últimamente muchos creen, sobre todo en Europa. El tango es también una música para escuchar, y lo demostró con creces Luis Bacalov, el famoso pianista y compositor argentino, que el último jueves sedujo al público italiano con Tango Story, un concierto ideado por él que recorrió 120 años de historia del tango a través de la música.
Junto a la exquisita Orquesta Roma Sinfonietta, y en un Teatro Olímpico lleno de gente que lo ovacionó, el maestro argentino -ganador de un Oscar por la música de Il postino -, abrió así la temporada posnavideña de la prestigiosa Accademia Filarmónica Romana.
Tango Story arrancó con Baires 2 Suite , música escrita en 2007 por el mismo Bacalov, que vive en Italia desde hace años pero que nació en Buenos Aires y que siente el tango como parte de su identidad, según explicó en una conferencia de prensa.
El concierto siguió con Tres danzas , de Ignacio Cervantes -para Bacalov "el compositor cubano más interesante del siglo XIX"-, quien escribió para piano más de cuarenta danzas, donde el ritmo de habanera, transformado con soprendente maestría y frescura, es una constante. Después se interpretó Tango , de Isaac Albéniz, y músicas de Juan José Castro, uno de los mayores compositores y directores de orquesta argentinos, "que explora todo la vivencia emocional presente en la tradición del tango: melancolía, impetuosidad, violencia, diversión, irreflexión, con una escritura pianística de absoluto valor", explicó Bacalov.
En la parte del concierto que más emocionó al público, que escuchaba en un silencio estremecedor, vino Seducción , escrito por Bacalov para la película Assasination Tango de Duvall; e Il Postino , del homónimo film de Radford, que le valió al compositor argentino el Oscar en 1995.
"De este trabajo conservo el recuerdo de la tristeza que había en la sala de montaje debido a la muerte de Massimo Troisi, que creo que también influyó la música que escribí para este pequeño gran film", evocó Bacalov.
En la segunda parte del concierto, casi más cautivante aún, se oyeron atrapantes elaboraciones para piano de "El día que me quieras" y "Mi Buenos Aires querido", de Carlos Gardel, y "Oblivion", del genial Astor Piazzolla, que Bacalov definió como "un caso emblemático del tango". Después, en un aspecto curioso del concierto, se interpretó Indagine , una pieza escrita por Morricone para una película italiana que suele ser objeto de una disputa, según contó Bacalov: para el famoso compositor italiano en verdad se trata de una marcha, para su colega argentino, en cambio, es un tango.
"Sabato escribió una frase memorable que dice que el tango es un pensamiento triste que se baila. Más allá del inmenso respeto que siento por él, para mí es reductivo describirlo así, ya que para mí es un pensamiento triste que también se puede no bailar sino tan sólo escuchar".
En Tango Story , un concierto que atrapó al público, y en el que se destacó la actuación del bandoneonista Juanjo Mosalini, el maestro argentino demostró que el tango también se puede no bailar, y disfrutar, quizá más, escuchándolo.
Nota agregada: La frase sobre el tango como pensamiento triste que se baila es de Enrique Santos Discépolo. Ernesto Sabato la reprodujo en su libro "Tango, discusión y clave", pero no le pertenece. Rodolfo A. Windhausen Miami, Estados Unidos
Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia
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