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El tango hoy tiene quien le escriba
Cuatro letristas reflexionan sobre las diversas
temáticas y lenguajes
del género ciudadano en el siglo XXI
Entre los tangos-canción más llamativos de la última década se puede encontrar uno con letra de Alejandro Szwarcman y música de Javier González.
Se llama "Pompeya no olvida" y habla de una joven desaparecida durante la última dictadura militar.
Piezas como ésta hicieron pensar hace algunos años acerca de lo que se podía decir desde el tango y cuánto había escrito al respecto.
Casualmente fue Szwarcman quien no hace mucho escribió para el portal 10tango.com unas líneas sobre el tema.
Entre otros puntos, allí dice que "salvo Ferrer y [Héctor] Negro, los grandes poetas del tango están muertos", pero que como síntoma saludable apareció en los noventa una nueva camada de letristas.
Por eso vale preguntarse si existe una nueva lírica tanguera o una continuidad y si hay buenos melodistas para esas letras.
"Mores, Charlo, Troilo, Pontier, Demare, Gardel. ¿Quién repite esa raza?", pregunta el autor.
El artículo invita a reflexionar sobre el tema.
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Es por esto que LA NACION reunió a cuatro muy buenos letristas de la actualidad que se expresan a través del tango y otras músicas.
Ellos son Alicia Crest, Marcela Bublik, Javier Sánchez y Raimundo Rosales, que en algunos casos, además de escribir, componen e interpretan.
Al momento de pararse frente al fotógrafo se los ve divertidos, hasta bromean con la idea de ser una especie de salieris de Troilo o de Manzi (¿o de ambos?).
Más allá de las bromas, algunos se conocen entre sí más que otros, pero entre todos se genera una instantánea predisposición al diálogo. Cuando llega el turno de la charla exponen esos puntos en común y también sus diferencias.
Alicia Crest -escritora, periodista, y con varios premios en su haber como autora y compositora de música folklórica y de tango- es quien abre el debate sobre la novedad o la continuidad en los versos tangueros.
"Creo que uno no tiene más remedio que hacer lo que hace. El tango te elige o, como dice Borges, uno no encuentra la puerta, es la puerta la que te está esperando.
Creo que hay un nuevo lenguaje a pesar de ser herederos de Discépolo, Manzi o Eladia Blazquez. Eso tiene que ver con que nos han pasado por encima 40 años de rocanrol, la música del Brasil o el flamenco, las torres gemelas o la dictadura.
Además de generar nuevas realidades se generan maneras de expresarlas."
A Raimundo Rosales -escritor, periodista, letrista y fundador de Letrango, primera asociación de letristas de tango de nuestro país- le da "cierto escozor" pensar que él y otros autores puedan estar planteando una lírica nueva.
Pero, al mismo tiempo, se refiere a lo complicado que es hablar de una continuidad siendo conocidos los quiebres que tuvo el desarrollo del tango.
"La ebullición de los años 40 y 50 se cortó de golpe. Entonces: ¿desde cuándo continuamos?
Las temáticas son las mismas:
Discépolo hablaba de la década infame y hoy se habla de la dictadura.
" También admite que referirse al divorcio (eso hace en su canción "División de bienes") es lo que se hace en "Mi noche triste".
"El asunto es que la idea de divorcio no estaba tan presente en la época cuando Contursi escribió «Mi noche triste». Pero es lo mismo.
Yo hablo de la pérdida del amor con un lenguaje de 2007.
De todos modos, en mi caso no creo que aferrarse al lenguaje actual sea lo más positivo.
El poeta chileno Vicente Huidobro escribía cuando lo moderno eran los aviones. Entonces decía que se podía hablar de aviones y hacer una poesía vieja y hablar de amor y hacer una poesía nueva.
Creo que eso también nos sirve ahora. Poesía nueva no es hablar de computadoras."
Claro que en un momento ese síntoma se manifestó de forma explícita. Se dejó de hablar del farol; se comenzó a mencionar a la Internet en los tangos.
Javier Sánchez, que además de grabar discos propios como Gauchos modernos escribe canciones que cantan intérpretes como Juan Carlos Baglietto, dice que la música es como la plastilina:
"Se nota cuando estás forzando una situación. Se nota cuando escuchás: «Te encontré en el chat». Y no se trata de buscar la continuidad porque la vida es siempre la misma: la de Discépolo o la de Lennon. Lo que pasa es que se van sumando problemáticas".
Marcela Bublik, que tiene un par de CD publicados ( Puñales de Plata y Gallo de fuego ) agrega un dato importante referido a su generación:
"Un maestro me dijo que estaba bien que hiciera tango siempre y cuando no me olvidara de que éramos hijos de los Beatles.
Y es así, pero también de todas las demás influencias poéticas, musicales, políticas, ideológicas y estéticas que marcan una época". -También habrá que preguntar si el público sintoniza con lo que se escribe hoy en el tango.
Rosales: -Te puedo nombrar ochenta tangos muy buenos. No sé si la gente se identifica con eso porque ahí entran otros problemas como la difusión. Las radios no pasan muchos tangos nuevos. Los difusores dicen que la gente no los pide. ¿Cómo los va a pedir si no los conoce?
Bublik: -Yo creo que la gente se identifica. Es la devolución que recibo de la gente que me escucha, cuando canto en vivo o a través del e-mail.
Y algo que me sorprende es que yo creía que las temáticas eran muy localistas, pero he recibido comentarios de gente de otras ciudades y países que me dicen las mismas cosas.
Por otro lado, incluso sobre los mismos temas algunas miradas han ido cambiando.
Por ejemplo: "Pompeya no olvida" habla de la búsqueda de las Abuelas de Plaza de Mayo, por parte de una abuela que busca a su nieta arrebatada;
"Soy" [Bublik-Garello] habla de esa misma búsqueda, pocos años después, desde la mirada de una nieta, ya joven adulta, que necesita recuperar su identidad.
Crest: -El tema también es que se están derribando las barreras entre el tango, el folklore, o el rock. Los rockeros se enamoraron genuina y auténticamente.
Hasta se van unificando los modos de expresión.
El folklore no es tan de espuelas, el tango no es tan cuchillo, el rock no es tan de reviente.
Eso es maravilloso. Y ésa es la verdad. Porque también hay gente que se disfraza de gaucho y jamás comió un choripán.
Sánchez: -Yo tengo una hija que toca el violín con un grupo de tango muy puro. Son fanáticos de Pugliese. Y cuando vienen a tocar conmigo me dicen que está bárbaro lo que hago, pero que no es tango [se ríe]. -Acá tenemos a los letristas, ¿donde están los melodistas?
Rosales: -Ese es un debate instalado en el ambiente. Los músicos dicen que faltan letristas. Los letristas, que faltan melodistas.
El punto es: ¿son mejores que Cobián? ¿Somos mejores que Manzi?
Si lo planteamos en esos términos estamos perdidos. Es un error medirlo en esos términos.
Bublik: -Hay un fenómeno que es el de asentar un vínculo entre un letrista y un melodista.
Quizá no es tan usual en esta época. Pero lo cierto es que hay parejas de letra y música que demuestran la evolución de esos matrimonios. ¡Ojo, que no estoy proponiendo la monogamia!
Mauro Apicella
http://www.lanacion.com.ar/entretenimientos/nota.asp?nota_id=916273
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