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viernes, 9 de febrero de 2007

Juan Viladomat: El autor de Fumando espero

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Juan Viladomat: El autor de Fumando espero



JAVIER BARREIRO

Junto a La cieguita. cuya fama se cifra en la versión de Gardel y del que no se han grabado demasiadas versiones, «Fumando Espero» es, seguramente, el tango más famoso de los compuestos en España.

Como otros tangos argentinos de la época, Fumando espero, se escribió para una pieza teatral, la revista La nueva España, estrenada en el barcelonés teatro Victoria durante 1923 y que no llegó al éxito.

"La música produce el mismo efecto de una cosa muerta y desenterrada", escribio Bustillo, el comentarista de La Vanguardia, que en su crónica lo tildó con muy escaso fundamento de "tango cañi".

Fue introducido en la Argentina por el conjunto "The Mexicans" integrado por Tania y su esposo. Pronto, fue conocido y Firpo lo llevó al disco en versión instrumental (1).

El tango fue grabado por vez primera por la cupletista Ramoncita Rovira en 1926.

Registrado también por Rosita Quiroga en un disco Victor en Agosto de 1927 y por Corsini en Diciembre del mismo año, alcanzó muy numerosas versiones que, desde luego, han de continuar.

Entre las más famosas figuran las de Argentino Ledesma con Hector Varela (Columbia) en 1955 y con Di Sarli (Victor) en diciembre de 1956; la de Libertad Lamarque con Victor Buchino en 1956, también para la casa Victor; la de Carlos Dante con Alfredo de Angelis (Odeón) en abril de 1956.

Archifamosa se hizo la mórbida interpretación de Sara Montiel en la película más taquillera del cine español de su época, El último cuplé (1957).

Entre otros muchos, también lo dieron a las planchas las orquestas de Alexandre y Eduardo Gadea, esta con ritmo de mambo, Carlos Acuña, Imperio Argentina, la bella Dorita, Corita Viamonte y hasta hubo versiones cómicas como la parodia que durante muchos años llevó por los escenarios españoles Mary Santpere.

La letra, publicada en la Argentina por la revista El Alma Que Canta en febrero de 1928, pertenece a Félix Garzo y el cigarrillo que tan placidamente saborea su protagonista es, evidentemente, de cocaína.

Así, el texto alcanza pleno sentido.

Otra de las composiciones de Viladomat tuvo relación directa con la famosa droga: El tango de la cocaína, perteneciente a una pieza corta (guignol en un acto) de Amichatis del mismo título estrenada con más éxito que la anterior en el teatro Español de Barcelona (Octubre, 1926) (2). Alcanzó más de 500 representaciones y lo cantaba Lolita Arellano.

Viladomat había nacido en Manlleu (Barcelona) el 8 de febrero de 1885.

Aficionado a la pintura y hermano del escultor José, una de cuyas obras más conocidas es la estatua de Raquel Meller que figuraba en el Paralelo barcelonés desde 1966. Probablemente, Juan aprendería música durante su estancia del seminario de Vich. En 1899 le vemos integrado como flautista en la banda de su pueblo y, ya en Barcelona, se examina de primer curso de piano en el conservatorio del Liceo (1906) (3).

Casado con Ramona Mercader en 1908, dos años después abre academia de varietés, que va a editar sus propias obras musicales.

Su primer éxito notable lo constituyó El fox-trot de las campanas en 1918 con dos mil quinientos ejemplares de su partitura vendidos en 42 días y que alcanzó éxito en Europa siendo grabado por numerosas orquestas.

Durante la época de esplendor de este género Viladomat tuvo un protagonismo continuo y sus composiciones fueron interpretadas por las más famosas cancionistas como Raquel Meller, Mercedes Serós, Pilar Alonso, Elvira de Amaya, Amalia Molina, Adelita Lulú, Consuelo Hidalgo, Eugenia Roca, etc.

Citaremos algunas: Al sena, Carrer avall, Catalunya plora, El beso, El pintor cubista, El primer tango, El regreso, El 6 d’octubre, El vestir d’en Pasqual, Empordá lliure, Hoy, Julieta (tango), L’orfaneta, La canción de Margot, La catalanista, La expulsada, La golondrina, La mesonera, La puntaire, La sardana republicana, La Verónica, Las cosas de palacio, Ninc-nanc, Niní, Palabritas amorosas, Porque era negro, Una mujer, Ven a mi país, Zenga (tango)... En total, más de quinientas conservadas en su archivo. Compuso también una zarzuela, El alcalde de Grifones (1923).

Jaume Collel i Surinyach (4) comenta su aficción -aunque mejor habría que decir que la de sus letristas- a temas curiosos, marginales o del día.

Así, además de las citadas arriba, habría que citar la crítica política (La catalanista, El 6 d’octubre), el transexualismo (Niní), el cubismo (El pintor cubista) o el separatismo (Empordá lliure).

Su vinculación con el catalanismo se patentiza en la composición de muy numerosas sardanas de títulos inequívocos.

Viladomat conoció el triunfo en vida pero tuvo también tiempo de asistir a la decadencia de los géneros que le dieron fama.

Después de la guerra civil las varietés habían entrado en decadencia ante el creciente vigor de la comedia americana, la canción folclórica o el deporte.

Juan Viladomat i Massanes las acompaño en su óbito. El 29 de diciembre de 1940 y a la edad de 55 años moría en Barcelona sin que su aún reciente fama diera pábulo a ninguna crónica periodística.

La guerra había hecho pasar a segundo término lo que no fuesen sus siniestras consecuencias.

(1) La letras de tango (ed. Eduardo Romano), Buenos Aires, 1990, Fundación Ross, p. 47.(2) Popular Film, año I, No 11, (14-X-1926).(3) Algunos datos sobre su vida pueden espigarse en Marta Grané y Franch, "Joan Viladomat: del carrer del Pont al Parallel" en Manlleu: musics del XX, Manlleu, Museu de Manlleu, 1991, pp. 15-22.(4) "Viladomat, Buenos Aires, Berlín" en Manlleu: músics del XX, op. cit. pp. 23-32.


Artículo publicado en la Revista CLUB DE TANGO Nro.9 mayo 1994


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