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martes, 3 de abril de 2007

Efemérides Argentinas - 3 de Abril


Efemérides Argentinas - 3 de Abril



...de 1588

Con el aporte de pobladores criollos de Asunción (Paraguay) Juan Torres de Vera y Aragón funda la ciudad denominada, poco después, San Juan de Vera de las Siete Corrientes y luego abreviada como Corrientes.

...de 1956

Muere el jurisconsulto profesor, historiador y escritor Carlos Ibarguren, ex ministro de Justicia e Instrucción Pública y autor de libros como "Juan Manuel de Rosas. Su vida, su tiempo su drama", "Estampas de argentinos", "La inquietud de esta hora" y "La historia que he vivido". Fue presidente de la Academia Argentina de Letras.
Nació en Salta el 18 de abril de 1879.


En 1919, nació Carlos Muñoz. o el Malevo Muñoz (Carlos de la Pua)
Su Poema: La crencha engrasada. Transformado en tangos lunfardos.

Murió hace 50 años.
Con un libro publicado en 1928 abrió la puerta de la literatura al lenguaje de las orillas.
Escribió tangos y guiones de cine.
Tal vez él construyó su propia leyenda.
Muchos no saben bien quién fue, pero Carlos de la Púa huele a ciudad y a tango y eso les basta.
Murió hace 50 años, el 10 de mayo de 1950.

Fue el poeta lunfardo más relevante.

Trabajó como periodista en la revista El Hogar y en el diario Crítica. Fue guionista de cine y escribió letras de tango.Su vida se destacó por la bohemia, el culto a la amistad en tertulias consecuentes y de larga conversación.

Se llamaba Carlos Raúl Muñoz y Pérez y también se hizo llamar Muñoz del Solar.

Nació en La Plata, el 14 de enero de 1898, pero creció en el barrio porteño de Once.

Utilizó el seudónimo de Carlos de la Púa con el que dio a conocer en el año 28 su libro
La crencha engrasada.

Además se dejaba llamar el "Malevo Muñoz".
Su porte era digno de este apodo: imponente contextura física, pelo lacio caído sobre la frente, amplias espaldas, manoplas anchas y fuertes, adecuadas para el apretón o la trompada demoledora.

Su libro La crencha engrasada, subtitulado Poemas Bajos, está escrito en caló que es la lengua de los gitanos y, por extensión, del bajo fondo:
el propio De la Púa la identifica con el lunfardo

"Ciudad/ te digo la frase guaranga del caló/ para hacerte más mía, para hacerte más íntima... Es la obra más destacada del género.

El supo descubrir las palabras reas que calzaban en la forma perfecta de sus versos.

No fue solamente una travesura lingüística si no la profunda visión de estratos marginales y humildes de Buenos Aires.

En la Academia Porteña del Lunfardo hay un sillón con el nombre de Carlos de la Púa, entre los que figuran nombres de la talla de Alvaro Yunque, Sebastián Piana, Alberto Vacarezza, César Tiempo o Pascual Contursi.

Hizo una amplia labor en el diario Crítica, donde comenzó a trabajar en el año 25. Sus observaciones eran agudas e irónicas. Formó parte del staff como encargado del área de cine;

eran tiempos en que por aquella redacción que salía a la calle a la tarde, trajinaban Roberto Arlt, Raúl González Tuñón y Nicolás Olivari.

Allí Edmundo Guibourg enviaba sus colaboraciones como corresponsal en Europa y el personaje Barquinazo, amigo inseparable de Aníbal Troilo, era ascensorista del edificio de la redacción.

Epocas en las que el periodista Roberto Tálice coordinaba la sección teatro; épocas que después recordó con amplio anecdotario en sus memorias.Carlos de la Púa decía que, de todos los oficios que ejerció, el confesable era el de periodista.

Comenzó enviando anónimas Cartas de un soldado a la redacción de un diario. Denunciaba irregularidades en el lugar donde cumplía el servicio militar.

Terminó sus días como exportador de vinos, negocio que al parecer hizo prosperar a fuerza de picardía criolla.

Escribió el guión de la primera película sonora argentina, titulada Tango, donde intervino la Orquesta Porteña de Juan de Dios Filiberto.

Actuó en Galería de esperanzas. Durante el rodaje hubo tropiezos y confusiones.

El poeta Enrique Cadícamo, amigo de De la Púa, menciona varias de estas anécdotas en sus memorias. Le tenía una gran admiración.

Carlos de la Púa fue autor de tangos, Luces de París, Coraje y Fuego. Estos dos últimos los grabó la orquesta del violinista Julio De Caro.

Su singular humor lo acompañó hasta último momento. Siempre se había mantenido al margen de la religión, pero al final aceptó la asistencia de un sacerdote: "Nada cuesta tirarse un lance".

Un familiar suyo tenía una boveda en el cementerio de Recoleta. Allí fue enterrado.

Cadícamo leyó las palabras de despedida que había escrito con mucha ternura Cátulo Castillo

"Este personaje fabuloso en nuestra admiración se fue por una absurda escotilla hurtándose a sí mismo, privando a la ciudad de un porteño convicto y confeso de la poesía lunfardesca." Había muy poca gente.

En 1985, se estrenaba La historia oficial.

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Carlos Di Sarli - De FM Tango para Usted - Volumen 1




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Carlos Di Sarli


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Por Ricardo García Blaya
http://www.todotango.com/spanish/creadores/cdisarli.html

Apodo: El Señor del Tango
Pianista, director y compositor
(7 de enero de 1903 – 12 de enero de 1960)

Nadie como él supo combinar la cadencia rítmica del tango con una estructura armónica, en apariencia sencilla, pero llena de matices y sutilezas.

No estuvo enrolado en ninguna de las dos vertientes de su época.
No fue una orquesta tradicional, al estilo Firpo o Canaro.
Tampoco un seguidor de la renovación decareana.

Di Sarli impuso un sello propio, un perfil musical diferente que se mantiene inalterable en toda su prolongada trayectoria.

En los comienzos, su sexteto nos revela la influencia de Osvaldo Fresedo.

Y es cierto,
opino que no hubiera habido
un Di Sarli
si no hubiese existido un Fresedo.

Pero, sólo como antecedente necesario de un estilo que, con el tiempo, se convertiría en un modelo puro, de naturaleza propia y diferenciada.

Fue un pianista talentoso, quizás uno de los más importantes, que dirigió su orquesta desde el instrumento, con el que dominaba la sincronía y la ejecución del conjunto.

En su esquema orquestal no existían los solos de instrumentos, la fila de bandoneones cantaba por momentos la melodía, pero tenía un papel esencialmente rítmico y milonguero.
Únicamente el violín se destacaba de un modo extremadamente delicado, en algún solo breve o en un contracanto.

El piano mandaba de una forma sugerente, con un bordoneo que se hizo marca registrada del maestro, encadenando los compases de la obra y acentuando un ritmo delicado y elegante, especial para la danza.

"Milonguero viejo", el tango que dedicara a Fresedo, su referente y admirado amigo, es curiosamente el lapsus paradójico que retrata su propio modelo musical.

Siendo un niño comenzó a estudiar el piano, orientado a la música clásica.
Pero a la edad de 13 años y, para disgusto de su profesor y su padre, emprendió una gira con una compañía de zarzuelas que recorrió varias provincias argentinas, tocando música popular y tangos.

Poco tiempo después debutó como solista en un biógrafo (cine) y en una confitería de la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, ambos de propiedad de un amigo de la familia, Mario Manara un italiano como su padre.

En 1919 arma su primer orquesta para tocar en una confitería de su ciudad natal,
Bahía Blanca,
principio de su dilatada carrera artística.

En 1923 llega con su hermano Roque a la ciudad de Buenos Aires, allí se vincula con el músico Alberico Spatola, director de la banda de la policía de Buenos Aires y pariente de los Di Sarli, quien lo contacta con el bandoneonista Anselmo Aieta para integrar su conjunto.

Luego pasa a las filas de una formación muy popular que comandaba el violinista Juan Pedro Castillo, "el rey del pizzicato".

Integró también el trío de Alejandro Scarpino, el consagrado autor del tango "Canaro en París",
y acompañó en las grabaciones para el sello Electra a la actriz y cantante
Olinda Bozán, prima hermana de Sofía.

Después debuta con un sexteto en el cabaret "Chantecler", pero duró poco tiempo a raíz de una pelea con el propietario. Eran épocas duras, había mucha competencia y era muy difícil conseguir trabajo.

A través del violinista José Pécora se vincula con Osvaldo Fresedo y actúa en su orquesta inaugurando el teatro Fénix del barrio de Flores.

A fines de 1927 forma su primer sexteto con José Pécora y David Abramsky, en los violines; César Ginzo y Tito Landó, en bandoneones y el contrabajo de Adolfo Kraus.
Actuó en diferentes confiterías y al año siguiente firma su primer contrato con RCA-Victor, donde inicia su labor el 26 de noviembre de 1928.

En algunas de sus grabaciones contó con las voces de Santiago Devin, Ernesto Famá y Fernando Díaz, tres excelentes intérpretes a los cuales también acompañó en sus actuaciones radiales.

En esta etapa Di Sarli registró 48 temas, partiendo con los tangos "T.B.C." (de Edgardo Donato) y "La guitarrita" (de Eduardo Arolas), para finalizar el 14 de agosto de 1931 con "Una noche de garufa" (de Arolas) y "Maldita" (de Antonio Rodio y Celedonio Flores) con la voz de Ernesto Famá.

En 1932 se incorpora a la orquesta Antonio Rodríguez Lesende quien fuera su primer cantor estable.

Pocos años después y por motivos no fehacientemente conocidos, se aleja de su orquesta y parte rumbo a Rosario, provincia de Santa Fe donde participa de un pequeño conjunto con el bandoneonista Juan Cambareri.

Mientras tanto el sexteto continuó actuando sin Di Sarli pero manteniendo su nombre. Luego a raíz de las actuaciones en la confitería "Novelty" pasaría a llamarse Orquesta Novel.

En 1935 es solicitado por sus ex compañeros para integrarse a esta formación, pero solamente para reemplazar al pianista Ricardo Canataro que estaba enfermo.

Recién a fines de 1938 comienza a organizar nuevamente su orquesta que debutará en Radio El Mundo en enero de 1939, conformada de la siguiente manera:

Piano y Dirección Carlos Di Sarli;
Violines: Roberto Guisado, Ángel Goicoechea y Adolfo Pérez;
Bandoneones: Roberto Gyanitelli, Domingo Sánchez y Roberto Mititieri;
Contrabajo Domingo Capurro
Cantor era Ignacio Murillo, luego reemplazado por Roberto Rufino.

E1 11 de diciembre de 1939 vuelve a los estudios de grabación en el sello Victor, con los tangos "Corazón" (de su autoría, con letra de Héctor Marcó), cantado por Roberto Rufino y "Retirao" (de Carlos Posadas).

Es su etapa de gloria, el rubro Di Sarli-Rufino constituye una página de oro de nuestro tango.
Su registro de "Tristeza marina" (de José Dames y Horacio Sanguinetti) es formidable.
Luego se incorporarán sucesivamente los cantores Carlos Acuña, por muy breve tiempo, Alberto Podestá, Jorge Durán y Oscar Serpa.

El éxito de Di Sarli es apoteósico y genera una adhesión popular
que no lo abandonara hasta su muerte.

Pese a ser un músico fogueado en la década anterior, los años cuarenta lo encuentran en la plenitud de su arte como director y compositor.

A partir de 1949 Di Sarli se retira nuevamente por razones comerciales, para volver recién en 1951.

Graba para el sello Music Hall desde noviembre de 1951 hasta abril de 1953 dejando registrados 84 temas y contando con las voces de Oscar Serpa y Mario Pomar.

En junio de 1954 retorna al sello Victor, hasta 1958 siendo sus vocalistas Mario Pomar, Oscar Serpa, Argentino Ledesma, Rodolfo Galé, Roberto Florio y el regreso de Jorge Durán.

Sus últimos registros discográficos, 14 en total, fueron para el sello Philips en el año 1958 y sus cantores fueron Horacio Casares y Jorge Durán.

El primer tango que compuso fue "Meditación" allá por 1919, pero nunca lo grabó.
Del resto de su obra se destacan sin duda, "Milonguero viejo", "Bahía Blanca", "Nido gaucho" (con letra de Héctor Marcó), "Verdemar" (con letra de José María Contursi) y "Otra vez carnaval" (con letra de Francisco García Jiménez), verdaderas joyas del género.

El Señor del Tango fue absolutamente respetuoso de la melodía y el espíritu de los compositores de su repertorio, adornando de matices y sutiles detalles la instrumentación orquestal, apartándose de la falsa contradicción que existía entre el tango evocativo tradicional y la corriente vanguardista.

Carlos Di Sarli fue la pieza final del rompecabezas del tango del '40, que no hizo concesiones a las estridencias, ni a las extravagancias rítmicas y que, sin embargo representó con extrema delicadeza, el paradigma interpretativo del tango milonguero.

Temas:

01. Tinta Verde.mp3
02. La Racha.mp3
03. A La Gran Muñeca.mp3
04. Cuidado Con Los 50.mp3
05. Organito De La Tarde.mp3
06. El Choclo.mp3
07. El Amanecer.mp3
08. El Once.mp3
09. El Ingeniero.mp3
10. Comme Il Faut.mp3
11. Don Juan.mp3
12. Germaine.mp3
13. Viviani.mp3
14. Rodríguez Peña.mp3
15. Cara Sucia.mp3
16. Bahía Blanca.mp3

Link:

RBerdi_CDiS-DFMTPUsted-V1.rar.html


También de Di Sarli


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Cecilia Figaredo - Su Nuevo Espectáculo --- Tango y Jazz





Cecilia Figaredo


Laura Falcoff
http://www.clarin.com/diario/2007/04/01/espectaculos/c-01401.htm

Hace diecisiete años, cuando tenía exactamente 17 años, Cecilia Figaredo ingresó al Ballet Argentino de Julio Bocca como una bailarina muy joven y también muy entusiasta.

Muchos de los roles que fue sumando a lo largo del tiempo tenían escasa relación con la rigurosa técnica clásica en la que se había formado; pero su disponibilidad y su ductilidad fueron proporcionándole la madurez interpretativa que hoy siente que ha alcanzado.

En pocos días reestrenará, como figura principal y al frente del Ballet Argentino, A tango y jazz, un espectáculo que reúne sin mezclarlos estos dos géneros de origen popular.

La coreografía de la sección jazz pertenece a Margarita Fernández y está acompañada en vivo por la Antigua Jazz Band;
la sección de tango fue creada por Ana María Stekelman y la música será provista por el octeto de Julián Vat.

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Estabas familiarizada ya con el tango coreografiado;
¿el jazz es algo nuevo en tu carrera?

-La coreografía del show es, en realidad, jazz con agregados de ballet y de danza contemporánea. No es el jazz más clásico, de Bob Fosse; por cierto, yo bailo en puntas, la estructura del espectáculo está pensada para bailarines clásicos.

¿Por qué motivo?

-La idea fue enteramente de Margarita Fernández. Es más, yo le había pedido que no me hiciera bailar en puntas. Llegamos a un acuerdo: hago dos dúos en puntas y el resto con zapatos de jazz.

¿Por qué querías bailar sólo con zapatos? ¿Te interesaba compenetrarte más con el estilo?

-No, no es eso; creo que estoy metida en el estilo, o por lo menos lo intento todo lo que puedo dentro de mis limitaciones; nunca me dediqué al jazz.
Ocurre otra cosa: cuando una está parada sobre las zapatillas de punta el peso del cuerpo es diferente, prácticamente no se siente.
En cambio, el jazz precisa de esos pesos de cadera bajos, a tierra, que yo quería disfrutar.

¿En qué consiste el bloque de tango?

-Toda música de Piazzolla y el estilo de Stekelman: piernas de tango y brazos de danza contemporánea.

¿Cómo surgió la idea de hacer un espectáculo con estas características?

-La idea fue del empresario Lino Patalano, obviamente. No fue algo demasiado elucubrado; sólo quería reunir dos músicas fuertes como lo son el jazz y el tango y que marcaron mucho a la gente en el momento en que surgieron. A mí personalmente me parecía importante hacer algo con tango; me apasiona.

¿Bailás tango de pista o lo que te apasiona es escucharlo?

-La verdad es que no bailo tanto como quisiera. Pero escuchar tango me gusta desde siempre. Vengo de una familia de tangueros. Osvaldo Pugliese estuvo casado con una hermana de mi abuelo; un tío mío fue cantor profesional toda su vida... Ya siendo yo grande, y a partir de alguna obra que hicimos con música de tango, comencé a bailar un poco más. Siempre me digo que el día que pare con las giras iré a las milongas a aprender a improvisar y a dejar que un hombre me lleve.

¿Cómo te encontrás hoy en tu vida profesional, después de tantos años de pertenecer al Ballet Argentino?

-Como bailarina, tengo que decir que este es mi momento más seguro. Con los años fui adquiriendo una madurez y un peso en el escenario que ojalá a los veinte años hubiera tenido.

No es mi característica pensar demasiado hacia adelante en el tiempo, pero la verdad es que querría seguir trabajando con el Ballet Argentino porque es mi casa, es el lugar en el que me formé y difícilmente hoy elegiría irme a otra compañía.

No querría que la despedida de Julio Bocca significara también la despedida del Ballet Argentino, ahora que la compañía adquirió y ganó un reconocimiento propio, no sólo aquí sino también en el exterior

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Cecilia Figaredo - A tango y jazz





Cecilia Figaredo
---se mueve entre dos ritmos

La bailarina reestrenará
A tango y jazz




En un año de gran exposición y reconocimiento como compañera de Julio Bocca en el tour mundial de despedida del bailarín, Cecilia Figaredo ocupará su ajustada agenda, además, con la reposición de la obra A tango y jazz , que la tiene como protagonista.

Así, la primera figura del Ballet Argentino subirá pasado mañana al escenario del Opera (Corrientes 860) con este muy buen programa en dos actos, que también tendrá funciones el viernes y el sábado, a las 21 .

En orden inverso al que sugiere el título de la obra -en cartel el año último en el Centro Cultural Borges y el teatro Maipo-, el telón se abre con "La calle del ragtime".

La coreografía de Margarita Fernández da el puntapié inicial a la noche con el valioso aporte de la Antigua Jazz Band, dirigida por Pablo Scenna, que interpreta a Scott Joplin y a Duke Ellington.

La segunda parte, en cambio, es una creación de Ana María Stekelman que deja en evidencia que la coreógrafa y el Ballet Argentino vibran en la misma cuerda pasional que Piazzolla.

A diferencia de la serie de funciones anterior, para su reestreno A tango y jazz sumará a la agrupación Octango, que dirige Julian Vat.

El Ballet Argentino, que dirige Bocca, está integrado por Stephanie Bauger, Victoria Balanza, María Eva Prediger, Lucas Oliva, Benjamín Parada y Lucas Segovia.
En pocos dias se pondrán ejemplos musicales

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Sexteto Mayor - El estilo del Sexteto Mayor sobrevive a sus fundadores






"El estilo del Sexteto Mayor sobrevive a sus fundadores"




Por iniciativa de dos bandoneonistas, José «Pepe» Libertella y Luis Stazo, el Sexteto Mayor nació en 1973.

En aquella formación original, que recobró el formato orquestal creado por Julio De Caro en la década del '20, estaban además los violinistas Mario Abramovich y Eduardo Walczak, el pianista Oscar Palermo y el contrabajista Osvaldo Aulicino.

Tras consolidarse con el paso de los años, el Sexteto fue sufriendo varios cambios, entre ellos algunos irreversibles.

Sus dos fundadores ya no están: Libertella murió, en plena gira con la formación en Francia, a fines de 2004, y Stazo decidió abandonar el grupo y radicarse en Alemania, donde fundó el trío StazoMayor.

En todo este tiempo fueron figuras centrales de dos espectáculos muy exitosos en todo el mundo: «Tango Argentino» y «Tango Pasión».

Acaban de cerrar el «Festival Buenos Aires Tango», grabaron varios discos, recibieron numerosos premios y se convirtieron en una marca fundamental de la música de Buenos Aires de las últimas décadas.

El Sexteto también ha visto pasar muchísimos nombres a lo largo de su historia.

Podría mencionarse a Walter Ríos, Fernando Suárez Paz, Mauricio Mise, Hugo Baralis, Reynaldo Nichele, Armando Cupo, Oscar Murtagh y Matías González, entre ellos, pero han sido muchos más.

Por estos días su formación incluye a Abramovich y Walczak en violines, Pablo Mainetti y Horacio Romo en bandoneones, Juan Carlos Zunini en piano y Enrique Guerra en contrabajo, y de esta se forma se presentarán mañana y pasado en La Ideal.

Integrante histórico del conjunto, Abramovich es una de sus voces más autorizadas.

Periodista:
Sin Libertella ni Stazo, ¿el Sexteto no arriesga su identidad?

-Mario Abramovich:
No. Hay una marca de estilo permanente. Y, además, quedamos Walczak y yo. A esta altura, casi no me imagino sin el Sexteto Mayor. Haga la cuenta: tengo sesenta años de músico y treinta de ellos han sido con el Sexteto. Fui músico en la orquesta del Teatro Colón durante 16 años y el Sexteto siempre estuvo. Este grupo me ha permitido recorrer el mundo muchas veces, primero con «Tango argentino» y después con «Tango pasión», y he vivido cosas muy importantes. .

P.:
¿Cómo sobrevivieron a las pérdidas?

-M.A.: Han sido muchos los integrantes que, por distintas causas, ya no están. Pero, sin dudas, la muerte de Libertella fue el golpe muy duro. Sobre todo, porque no lo esperábamos. Yo soy el de mayor edad dentro del conjunto, y justamente por eso, porque el trabajo intenso se hace complicado para la salud, no quise viajar a esa gira en la que él murió. No estaba bien del corazón y este tipo de giras tan demandantes no son lo más aconsejable; pero en fin, Pepe vivía para el Sexteto. Era una persona muy carismática, que ejercía una seducción enorme con el público -muchas veces lo aplaudían más que a los bailarines o los cantantes-; era nuestro director pero además era el pilar sobre el que nos sosteníamos.

P.:
¿Entonces, es posible mantener el Sexteto sin Libertella?

M.A.:
El sexteto resiste porque siempre nos hemos preocupado por convocar gente muy calificada para integrarlo. Y en eso no importa la edad; fíjese que ahora son más los jóvenes que los mayores.

P.:
¿Qué es lo que distingue al grupo de otras formaciones?

M.A.:
El secreto del sexteto, a mi criterio, está en el repertorio y en la manera de hacerlo, que ya lleva 34 años. En todo caso, aunque parezca una paradoja, la permanente novedad del sexteto es mantenerse fiel a su estilo, el que le impuso Libertella con sus arreglos y su personalidad. Si se mantiene eso, no importará si están o no los músicos originales; el Sexteto está por encima de todo.

Entrevista de Ricardo Salton
http://www.ambitoweb.com/diario/noticia.asp?id=325499&seccion=Espect%C3%A1culos