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miércoles, 28 de febrero de 2007

Osvaldo Fresedo - En FM Tango - 1950










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Osvaldo Fresedo

por Julio Nudler
http://www.todotango.com/spanish/creadores/fresedo.html

Nombre completo: Osvaldo Nicolás Fresedo
Designación: El Pibe de La Paternal
Músico, bandoneonista, director y compositor.
(5 de mayo de 1897 -

18 de noviembre de 1984)


Nació en Buenos Aires, en el seno de una familia de cómoda posición económica, lo que parece haberlo marcado artísticamente: su orquesta, de estilo refinado y aristocratizante, fue la preferida de los círculos elegantes.


Sin embargo, pese a que el padre de Osvaldo era un rico comerciante, cuando el niño tenía diez años la familia se asentó en La Paternal, un barrio algo apartado y humilde, de casas bajas y ambiente popular, lo que también gravitó en su destino.

Allí se inició en el bandoneón.

La suya fue la trayectoria más extensa que pueda hallarse en el tango: más de 1.250 grabaciones dan testimonio de ella.

Su presencia en el disco cubrió 63 años.

En 1913 comenzó a tocar en público como integrante de un terceto juvenil, del que también formaba parte su hermano
Emilio en violín, y que completaba una guitarra.
Además de animar celebraciones locales, actuaron en el café "Paulín".

Tras presentarse en otros cafés del barrio empezó a ser identificado como "El pibe de La Paternal", distinguiéndoselo así del también bandoneonista Pedro Maffia, conocido como "El pibe de Flores", otro barrio de Buenos Aires, no muy distante.

No obstante, Fresedo nunca pudo rivalizar como ejecutante con Maffia.

Actuó luego en el cabaret Montmartre, invitado por su amigo
Eduardo Arolas, y después en el Royal Pigall, a instancias de Roberto Firpo.

Arolas y Firpo eran ya, en la segunda década del siglo XX, dos figuras fundamentales del tango como instrumentistas, directores y compositores.

En 1916, Fresedo conformó un antológico dúo de bandoneones con Vicente Loduca, grabando en 1917 para el sello Víctor. Uno de aquellos registros corresponde al tango "Amoníaco", temprana obra suya.

Formó posteriormente un trío con el pianista
Juan Carlos Cobián y el violinista Tito Roccatagliata.

El encuentro entre Fresedo y Cobián (que cobraría enorme celebridad como compositor de "Los mareados", "Nostalgias" y otras piezas) fue decisivo para la evolución orquestal del tango en los años '20.

La delicadeza del gusto, los ligados, los suaves matices y los solos fantaseosos del piano apuntaban al oído de las clases altas, aunque llevando hasta ellas el mensaje musical del arrabal profundo, que siempre emergía en el arte fresediano.
También en 1917 había grabado para el sello Telephone como ejecutante en la orquesta dirigida por
Roberto Firpo y Francisco Canaro, que se había formado para animar bailes de carnaval en Rosario, la segunda ciudad de la Argentina, sobre el río Paraná.

Al año siguiente, Fresedo forma su primer conjunto, en el que intervienen, entre otros, el pianista José María Rizzutti (compositor de "Cenizas") y el violinista Julio De Caro, que seis años después revolucionaría el género con su sexteto (y que compuso en homenaje a Fresedo el tango homónimo).

Fresedo actuó con tal éxito en el "Casino Pigall" que la suya se convirtió en la orquesta de moda.

Orquesta Osvaldo Fresedo


En 1921, contratado por la Víctor, viajó a Estados Unidos junto con el pianista
Enrique Delfino (quien sería el artífice del tango romanza) y el violinista Tito Roccatagliata para integrar, junto a otros músicos, la Orquesta Típica Select, que grabó medio centenar de temas.

A su regreso, Fresedo rearmó su sexteto, confiando esta vez el piano a Cobián. Nadie como ellos para instalar el tango en las veladas de los salones aristocráticos de Buenos Aires.

Entre 1922 y 1925 continuó grabando en Víctor, y luego, al pasar al sello Odeón, protagoniza un hecho histórico: acompaña a
Carlos Gardel en dos registros, los de los tangos "Perdón viejita" (del propio Fresedo) y "Fea".

El sistema de grabación es aún el acústico.

En 1927 el éxito de Fresedo es tal que mantiene en actuación cinco orquestas al mismo tiempo, la principal de ellas en el cabaret Tabarís, sobre la calle Corrientes, la más importante de la ciudad.

Esto lo obliga a rotar permanentemente de un local a otro para asomar al menos en cada lugar donde toca una orquesta suya.

Una de éstas, que acompañaba los filmes mudos en el cine-teatro Fénix, del barrio de Flores, era dirigida desde el piano por Carlos Di Sarli, quien se convertiría en un director por lo menos tan exitoso como Fresedo y claramente influido por éste.

Fresedo tuvo la audacia de introducir en el tango timbres nuevos, como los del arpa y el vibráfono, y de utilizar discretamente la batería.

Eligió además con gran cuidado a sus cantores, que debían armonizar con la exquisitez de su estilo orquestal. Sobresalieron en su larga trayectoria los vocalistas
Roberto Ray, Ricardo Ruiz, Oscar Serpa, Osvaldo Cordó, Armando Garrido y Héctor Pacheco.

Se apoyó también en músicos de talento, que como instrumentistas o arregladores aportaron calidad a la orquesta, como en los casos del pianista Emilio Barbato y los bandoneonistas Roberto Pérez Prechi y Roberto Pansera.

También el repertorio de Fresedo se enriqueció con las obras escritas por ellos, rara vez hallables en otros repertorios.

Como compositor, Fresedo fue prolífico y exitoso, pero generalmente superficial.

Su tango más célebre es el melodioso "
Vida mía", pero fueron también muy celebrados "Pimienta", "Arrabalero", "Tango mío", "El once", "El espiante", los bellísimos "Aromas", "Volverás", "Sollozos" y "Siempre es carnaval", "Ronda de ases", "De academia", "¿Por qué?" y "Si de mí te has olvidado".

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Osvaldo Fresedo

Full Name: Osvaldo Nicolás Fresedo
Nickname: El Pibe de La Paternal (The kid from La Paternal)
Musician, bandoneon player, director and composer.
(May 5, 1897 - November 18, 1984)

Born in Buenos Aires to a wealthy family seems to have influenced his art: his orchestra, refined and aristocratic, was the favorite of upper circles.

However, despite Osvaldo's father was a rich businessman, at the age of ten, his family moved to La Paternal, a neighborhood somewhat away and humble, with flat houses in a popular surrounding which had its effect on his destiny.

It was there where he started playing the bandoneon.

His was the longest tango career ever found: over 1,250 recordings along 63 years.

In 1913 he started public performances as member of a trio of youngsters, in which his brother
Emilio played the violin and a third member, the guitar. In addition to entertaining local parties, they played at "Paulin" café.

After performing in other cafés in the neighborhood, he began to be known as "El pibe de La Paternal" (The kid from La Paternal) as opposed to the other bandoneon player, Pedro Maffia, known as "El pibe de Flores" (The kid from Flores), another not too distant area of Buenos Aires. However, as player Fresedo was not rival for Maffia.

Then, he performed at Montmartre cabaret, invited by his friend
Eduardo Arolas, and then at the Royal Pigall, at the request of Roberto Firpo.

In the 20s Arolas and Firpo were already two major tango figures as instrumentalists, directors and composers.

In 1916, Fresedo jointly with Vicente Loduca formed a bandoneon duet which would be remembered forever, recording in 1917 for the Victor company. One of such recordings was the tango "Amoníaco", an early work of his.

Later on, he formed a trio with the pianist
Juan Carlos Cobián and the violinist Tito Roccatagliata. The coming together of Fresedo and Cobián (who would become famous as composer of "Los mareados", "Nostalgias", among others) was decisive for the tango orchestra evolution in the 20s.

The refined taste, legatos, soft nuances and fancy piano solos were targeted to the upper class ears, though embodying the deep "arrabal" message of the suburbs, always present in Fresedo's art.

Also in 1917, he would record as player, for Telephone recording company, in the orchestra directed by
Roberto Firpo and Francisco Canaro, previously organized to entertain carnival balls in Rosario, the second largest city in Argentina, on the Paraná river.

The following year, Fresedo organizes his first group formed, among others, by the pianist José María Rizzutti (composer of "Cenizas") and the violinist Julio De Caro, that, six years later, already a sextet, would change the genre completely (composing, in homage to Fresedo, the homonymous tango).

Fresedo's performances at Casino Pigall were so successful that his orchestra became the most fashionable.

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Orchestra Osvaldo Fresedo

In 1921, hired by the Víctor company, he traveled to the United States along with the pianist
Enrique Delfino (who would be the architect of the romance tango) and the violinist Tito Roccatagliata to join, with other musicians, the Orquesta Típica Select which recorded about fifty themes.

Back in Buenos Aires, Fresedo reassembled his sextet, this time entrusting the piano to Cobián. Nobody like them to set up the tango in Buenos Aires aristocratic ball rooms.

Between 1922 and 1925 he continued recording for Víctor and later on, with Odeón, he played a historic role: he joined
Carlos Gardel in two recordings: the tangos "Perdón, viejita" (by Fresedo himself) and "Fea".

The recording system was still acoustic.

In 1927, Fresedo's success was such that he kept five orchestras performing at the same time, the main of them at Tabaris cabaret, along Corrientes street, the most important street in the city. Thus he had to go from one location to the other at least to show himself at each place where one of his orchestras was performing.

One of these orchestras, which played in silent movies at Fénix cinema-theater in Flores neighborhood, was directed, from the piano, by Carlos Di Sarli who would become a director at least as successful as Fresedo and clearly influenced by him.

Fresedo dared to introduce new timbres and colors in tango, such as the harp and vibraphone, and to make a discreet use of drums.


He also selected his singers carefully to match the refinement of his orchestral style. In his long career worth mentioning are the vocalists Roberto Ray, Ricardo Ruiz, Oscar Serpa, Osvaldo Cordó, Armando Garrido and Héctor Pacheco.

He also relied on talented musicians who, with their instruments or arrangements, contributed quality to the band, such as the pianist Emilio Barbato and the bandoneon players Roberto Pérez Prechi and Roberto Pansera.

Fresedo's repertoire was also enhanced with the works written by them, not usually found in other repertoires.

As a composer, Fresedo was both productive and successful, but in general superficial.

His most famous tango is the melodious "
Vida mía" but also renowned were "Pimienta", "Arrabalero", "Tango mío", "El once", "El espiante", the beautiful "Aromas", "Volverás", "Sollozos", "Siempre es carnaval", "Ronda de ases", "De academia", "¿Por qué?", and "Si de mi te has olvidado".

Link:


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Orquesta Escuela de Tango - De Contrapunto







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IX Festival
Buenos Aires Tango









RBerdi: El Diario del Tango
esta autorizado para publicar
la notas de
Tangodata.gov.ar


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Jueves 1 / Thursday 1
• 20:30 hs. Teatro Presidente Alvear

(Av. Corrientes 1659)

Orquesta Escuela de Tango

Concierto de despedida al Mtro. Emilio Balcarce

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Entrevista a Emilio Balcarce


(22 de febrero de 1918)






por José Pedro Aresi y Alberto Rasore
http://www.todotango.com/spanish/biblioteca/CRONICAS/entrevista_ebalcarce.asp

Solía decir Osvaldo Pugliese de él: «Tiene las esencias tangueras a flor de piel» y, en verdad, el maestro tenía mucha razón.

Emilio Juan Sitano, su nombre de familia, nació y se crió en Villa Urquiza, barrio en el cual aún hoy reside. Desde pequeño abrazó el tango que lo llevó con el tiempo a ser violinista, bandoneonista, compositor, arreglador y director de orquesta.

Fue precisamente en un alto de su labor al frente de la "Orquesta Escuela de Tango" que el maestro comenzó a contarnos sus vivencias.

«A mi viejo le gustaba mucho la música y como era muy inquieto comenzó a aprender a tocar el mandolín y, tiempo después, se entusiasmó con el acordeón. Todo mi entorno familiar hizo que me interesara por la música. En casa se escuchaba y bailaba el tango y así yo me fui enganchando con él desde muy pibe.

«Antes de cumplir los 7 años mi viejo me mandó a estudiar el violín y, mientras lo hacía, escuchaba la radio donde tocaban las orquestas de Roberto Firpo, Francisco Canaro, Francisco Lomuto y Osvaldo Fresedo que a mí me gustaban mucho; pero de pronto aparece Julio De Caro.

Al principio, uno no sabía para donde dar vuelta el oído, porque se encontraba con una cantidad de combinaciones musicales que no se oían normalmente en otras orquestas. Se percibían voces extrañas, acordes nuevos y todo esto me "engrampó" definitivamente con el tango y con ese estilo.

«En un principio, De Caro fue resistido, no era fácil seguirlo. Tampoco Canaro lo era. En cambio, Firpo era más musical y Fresedo más del tipo clásico. Pero de todos ellos, los que a mí me engancharon fueron De Caro y Pedro Laurenz, por su forma de expresarse con el bandoneón.

«Estudié violín hasta los 13 años y dejé porque las cosas se pusieron mal económicamente y mis padres no podían ya "bancarme", pero para entonces yo estaba tan enganchado, que mientras escuchaba en la radio a De Caro, tocaba el violín al mismo tiempo que él.

«Recuerdo que papá compró un bandoneón y empezó a estudiar, pero como no tenía una base musical, le resultaba muy difícil aprenderlo. Como el instrumento estaba en casa, comencé a estudiar por mi cuenta sus escalas. Yo era todavía un pibe, pero me arreglé con los métodos de enseñanza que venían con él.

El bandoneón en sí es bastante caprichoso y nada fácil. Seguí con las escalas, la mano derecha, izquierda, abriendo, cerrando y con los dibujos que venían con el método y empecé a hacer algunos acordes. Quería entender como hacía Laurenz para expresarse y como hacía De Caro para "poner" esos acordes -de novena y de séptima- que no se usaban en la música popular.

Así fue como me enganché con el bandoneón, pero yo seguíatocando elviolín y con algunos vecinos formamos un trío para tocar en fiestas, que luego -agregando un contrabajo- lo convertimos en cuarteto.

«Comencé a tratar de hacer algunos arreglos, porque ya había aprendido algo sobre los principios de la armonía. Tendría 14 o 15 años cuando lo intenté sobre partituras de piano.

«Después me encuentro con Ricardo Ivaldi que tenía un sexteto que imitaba a De Caro.

Eran todos músicos semi profesionales y un día me ofrece hacerle algunos arreglos y reemplazar en el bandoneón a su hermano. Comencé entonces con Ivaldi, tocando en bailes, en confiterías y recuerdo haberlo hecho también en el balneario "El Indio" de Vicente López.

En el Cine Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza tocábamos en la apertura y en los entreactos de las obras teatrales. Es decir que a los 16 años ya hacía arreglos y tocaba el bandoneón y a los 17 formé un conjunto que integraban entre otros, Ismael Spitalnik, Ramón Coronel, que fue violinista de Horacio Salgán, Lalo Benítez que fue pianista de Alfredo Gobbi y empecé a trabajar con mi propia orquesta.

«El cantor era Alberto Marino -en aquel entonces Alberto Demari- a quien también llevé conmigo, cuando teniendo yo 19 años, me convoca Emilio Orlando para dirigir y hacer los arreglos de su orquesta. Es así como comencé a trabajar profesionalmente, haciendo arreglos para otras "típicas" y dirigiendo mi propia agrupación.

«Ya en 1943, dirijo por un año la orquesta de Alberto Castillo. Continúo también con mi propia agrupación, en la cual se suceden como vocalistas Jorge Durán en 1944, Amadeo Mandarino en 1945 y Osvaldo Bazán después, hasta que en 1947, Alberto Marino se independiza de Troilo y me convoca para encargarme de los arreglos musicales y la dirección de su propia orquesta.

«Al año siguiente, trabajé como orquestador para las formaciones de Aníbal Troilo, Alfredo Gobbi y José Basso, en tanto continuaba con mi orquesta, hasta que en 1949 me convocó Pugliese y ahí me "enganché" y permanecí 20 años.

«En la orquesta de Osvaldo éramos todos compositores y actuábamos a diario. Estábamos tan compenetrados que, con sólo mirarnos, sabíamos lo que el otro iba a hacer y sin más lo apoyábamos.

«¿Qué sentíamos cuando tocabamos "La yumba"? Sentíamos la fuerza rítmica y vital que tiene. Poníamos todas nuestras fuerzas en los arrastres, en la expresión; porque uno se siente vivo cuando está tocando. Pugliese se caracterizaba por tener una orquesta expresiva. Estimulaba a sus músicos para que compusieran y les exigía una entrega total, tanto es así que, mientras yo actué con él, no hice arreglos para otros directores, excepto cuando se trataba de mis propios temas.

«Con Pugliese las ideas y los trabajos se volcaban en la orquesta misma. Era muy redituable económicamente trabajar con él. Los ingresos se repartían según una valorización interna que iba de 7 a 11 puntos y que era asignado a cada integrante según su aporte. Trabajar con Osvaldo no era lo mismo que hacerlo en otras orquestas. Nosotros ganábamos más.

«El Sexteto Tango surgió como consecuencia de la falta de trabajo que había para ese entonces. El mismo Pugliese decía que era tiempo de achicar los conjuntos y de hecho muchos se disolvieron. Comenzamos a tocar sin abandonar la orquesta, pero el Sexteto impactó tanto, que los compromisos de trabajo aumentaron y ya no podíamos hacer las dos cosas. Por esa razón nos separáramos de Osvaldo.

«Con el Sexteto Tango hicimos algunos cambios. Cada uno de nosotros llevó sus cosas personales, que lógicamente tenían que ver con la expresión y con la manera de acentuar el ritmo.

Por ejemplo con Pugliese se acentuaba el primer y el tercer tiempo de los cuatro que tiene cada compás, en tanto nosotros -solamente por el hecho de buscar cosas nuevas- poníamos más énfasis en el segundo y el cuarto compás y, como éramos menos, tratábamos de lograr una manera más vigorosa de expresión; pero en general el ritmo era muy parecido al de Pugliese. No debemos olvidar que habíamos estado muchos años a su lado.

«De todas mis composiciones, la que más me conformó fue "La bordona" porque refleja la idea de un tango que cruza la frontera de la ciudad y es por eso que tiene un tema melódico con sabor campestre. En cambio, "Si soy brujo", que fue mi tercer tema, es distinto, suena como más tango.

«Noto que la gente joven se está interesando por el tango, porque descubren que nuestra música gusta en todas partes del mundo y que tiene una manera muy particular de expresarse; ya sea en sus letras como en su música. Entonces todo esto despierta el interés de los más jóvenes.

Nosotros aquí recibimos pibes que vienen a conocer como era realmente el tango y hay que explicarles como llegó al nivel de los años sesenta y ahí se detuvo; porque después se destruyó todo lo que se había hecho.

«Se interrumpió el crecimiento de un tango que se transformaba de acuerdo a como crecía y cambiaba la gente de nuestro pueblo. "Pichuco" comenzó tocando de una manera distinta y cuando llegó a los 60 ya era otra cosa. Pugliese comenzó tocando igual que De Caro pero después fue evolucionando. Se iba poniendo a tono con el gusto del público, pero avanzaba musicalmente. Es algo muy complicado.

Por eso yo le digo a los chicos que ellos están fantásticamente preparados, pero tienen que sentirse que son argentinos y vivir nuestra música tal cual se hacía y, a partir de ahí, comenzar a hacer el tango de hoy. Deben asimilar el tango ya hecho, pero no me refiero al tango comercial nada más, sino al musical. Es necesario trabajar en el campo de la orquesta, porque los conjuntos evolucionaron de una manera increíble en 30 años. Luego se estancaron.

«¿Cómo hubiera tocado Pichuco hoy? Igual, no. Tampoco lo hubiera hecho Pugliese, ni Gobbi, ni nadie. Todos tuvieron una manera muy particular de tocar, pero musicalmente siempre evolucionaron y lo hicieron junto a la gente. ¿Qué se tocaba? ¿Qué se grababa? Lo que el público aplaudía. Hay que hacer un tango que se entienda. No complicarlo tanto. Una música que "enganche" a la gente.»

Nos despedimos así de Emilio Balcarce, un veterano laburante de nuestra música ciudadana, Académico de Honor de la Academia Nacional del Tango y que fuera distinguido con el Diploma a la Gloria del Tango por la Academia Porteña del Lunfardo.

El maestro debía continuar su labor con los alumnos de la Orquesta Escuela de Tango, donde desde el año 2000 vuelca su dilatada experiencia como músico y arreglador, ratificando de esta manera el mensaje que nos dejara para la juventud.


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Orquesta Escuela de Tango

La Orquesta Escuela de Tango nació por iniciativa del contrabajista Ignacio Varchausky, que encontró eco en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para la constitución de una formación juvenil, destinada a introducir a las nuevas generaciones de músicos populares en la interpretación de los diferentes estilos orquestales históricos del género (Troilo, Salgán, Pugliese, Di Sarli, D’Arienzo...)


El programa de estudios preve una permanencia de dos años de los músicos elegidos, a través de audiciones, para integrarla.

Desde su fundación, la orquesta está dirigida por Emilio Balcarce, violinista, arreglador y compositor, integrante de la orquesta de Osvaldo Pugliese durante dos décadas y fundador del Sexteto Tango.

En su plantel figuran Ramiro Gallo (solista y ayudante de violín), Andrés Linetzky (ayudante de piano), Federico Pereiro (solista, ayudante bandoneón), Nicolás Capsitsky (copista) y el propio Varchausky como coordinador del programa.

En sus seis años de existencia esta particular escuela se presentó en los escenarios locales y del exterior, y grabó dos discos.

En el 2005 llegó al cine de la mano del documental Si sos brujo (que remite al tango homónimo de Balcarce), de la directora estadounidense Caroline Neal, que registra el desarrollo del proyecto desde sus primeros días.

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Emilio Balcarce

88 years for talent.By Enrique Snider

Special for Let'sTanGO!

http://www.letstango.com.ar/main/emilio.php


He usually turns to glance at the audience while he's conducting, strengthening the powerful and invisible bond that connects him with the people.

A link that maestro Emilio Balcarce generates every time he is conducting the Orquesta Escuela de Tango (Tango School Orchestra), with an admirable dedication to work and a constant worry about quality.

With his frank look, warm words, and friendly manners, the maestro shows his talents and ability to conduct the orchestra, playing the solo bandoneon and making arrangements on his own compositions.

Backstage, his pupils at the Orquesta Escuela, who are more than 50-year younger, admire him, respect him and follow the path of affection that Don Emilio marked during his 88 years of life he's about to celebrate next February 22.

The first instrument he played was the mandolin from his birth-home. Soon, he played the violin, which characterized a great part of his career. In the last years, he took the bandoneon between his hands and, due to his talent; those who don't know about his past with the violin might think there were no other instrument before.

He assumed the conduction of the Orquesta Escuela in 2000, with enthusiasm and worried about the challenge it meant. But the enthusiasm was stronger: he made several arrangements for the band and dedicated a theme to the orchestra: A la Orquesta Escuela.

It's difficult to think about the Orquesta Escuela without the advice, the indications, and the right words given by this fellow citizen from Villa Urquiza, who has been declare illustrious citizen of his neighborhood and the city of Buenos Aires.

La Transa, Bien Compadre, De Contrapunto, La Bordona, maybe his most popular themes, are precious pearls in the repertory of the orchestra he conducts. And Mal de Amores, by Pedro Laurenz, is performed nowadays with an arrangement made by Balcace for the orchestra.

Each performance is followed by a faithful audience, a gang that looks for that accomplice gesture, a link beyond sounds, a relationship that continues in the applauses and the acclamations.

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" Si sos brujo, una historia de tango" - Documental

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Si sos brujo, una historia de tango

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(Argentina/2000-2005)


Dirección: Caroline Neal

Documental con Ignacio Varchausky, Emilio Balcarce, Julián Plaza, José Libertella, Ernesto Franco y otros.

Guión: Caroline Neal y Alberto Muñoz.

Fotografía: Marcelo Lavintman y Diego Poleri.
Montaje: Caroline Neal.
Presentada por Primer Plano Film Group.
Hablada en español e inglés.
Duración: 79 minutos.

Nuestra opinión: excelente

Un documental puede ser bueno o muy bueno por cualquiera de dos principales motivos, o mejor todavía por la suma de ambos: el interés que genera el tema elegido y cómo el cineasta consigue ponerse a la altura del tema, incluso a veces (es casi un imposible) superarlo con su talento para describirlo, logrando un valioso aporte al lenguaje cinematográfico.

Este es uno de los casos en que se juntan esas dos primeras razones. El tema elegido por la debutante -norteamericana, pero después de armar su familia aquí bastante porteña- Caroline Neal, es la Orquesta Escuela de Tango, que depende de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

La idea de un documental acerca del proyecto de Ignacio Varchausky, contrabajista de la orquesta El Arranque, coincidió con la presentación mundial de "Buena Vista Social Club", esa memorable película de Wim Wenders y Ry Cooder, acerca de un grupo de veteranos soneros cubanos -con Ibrahim Ferrer a la cabeza- y de cómo más allá del olvido a que fueron sometidos por distintos motivos, salieron de la oscuridad y con toda su fuerza, a conquistar el mundo.

En este caso se trataba de seguir el deseo de un grupo de músicos jóvenes por rescatar antes de que fuese demasiado tarde, el conocimiento de quienes fueron parte de esas memorables orquestas típicas de los años 40 y 50, casi sin excepción ya jubilados. Neal, guiada por Varchausky, sigue una historia que comienza con un sueño y termina con una realidad que deviene paradigma: rescatar lo mejor del pasado para transmitírselo a las nuevas generaciones.

La Argentina, un país que se caracteriza por un empeño de igual fuerza, pero al revés, perverso si se quiere, el de destruir la memoria y las grandes obras de su historia artística (el cine, la arquitectura, y la música, por lo visto), necesita trabajos como los de Varchausky y registros como el de Neal, hoy más que nunca, antes de que sea demasiado tarde.

El recorrido es fluido y apasionante.

El encuentro de Varchausky con el maestro Emilio Balcarce, célebre violinista, bandoneonista y arreglador de tiempos de Osvaldo Pugliese y autor el mismo de tangos como "La bordona" y el que presta título al documental, es el punto de partida a una historia que muestra, además, a muchos otros jóvenes con el mismo deseo.

Uno de esos casos es el del violinista Ramiro Gallo que también fue integrante de El Arranque, antes de formar su propio quinteto, y su trabajo cotidiano, mano a mano con estos grandes que no hacen otra cosa que transmitir sus experiencias y conocimientos no escritos a quienes pueden convertirlos armas didácticas para los que vendrán.

Además de ocupado en el trabajo con Varchausky, en un tramo muy logrado, se lo ve a Gallo montado en su bicicleta paseando por Buenos Aires, con "Sur" (de la "Suite Borgeana") que él mismo presentó en Nueva York junto a Wynton Marsalis, como fondo.

El mismo Marsalis aparece después entrevistado, comentando la importancia de la tarea de rescate que él mismo lleva adelante, con base en el Lincoln Center.

Desfilan, uno tras otro, los estilos de Pugliese, Aníbal Troilo, Horacio Salgán, Astor Piazzolla, Carlos Di Sarli, Leopoldo Federico, Alfredo Gobbi, Osvaldo Fresedo y Juan D´Arienzo, entre otros, algunos de los grandes maestros que estos músicos, veteranos (también maestros) y jóvenes, se empeñan en estudiar intensivamente.

Los resultados van apareciendo y son, realmente, maravillosos. La lista de los participantes es extensa: desde los recordados Julián Plaza y Pepe Libertella, hasta Ernesto Franco, Néstor Marconi, Atilio Stampone y Raúl Garello, Víctor Lavallén, Celso Amato, Luis Stazo, Horacio Cabarcos, Gustavo Beytelmann y Guillermo Durante, entre otros.

Sin embargo, la cámara de Neal, y el guión de ella misma con el poeta, músico y dramaturgo Alberto Muñoz (el mismo de "Okupas"), hacen foco en la figura de Balcarce, director de la orquesta-escuela, en sus presentaciones en París y en el Teatro Colón y en su presente, a los 88 años, todavía con ganas -y muchas- de tirar para adelante. "Si sos brujo...", es una de esas obras que, además tienen una virtud muy especial: la de entusiasmar, incluso, a los que no son particularmente amantes del tango, si bien a estas alturas es difícil encontrar un oído sensible que pueda resistirse a tanta pasión.

Claudio D. Minghetti
20 de abril del 2006
http://www.lanacion.com.ar/Archivo/nota.asp?nota_id=798838


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